Domingo
Veintisiete Durante El Año Ciclo A
Jesús
Espera Mucho De Nosotros
Jesús,
cuando relató esta parábola que hemos escuchado, tuvo presente las palabras de
Isaías que hemos oído en la primera lectura: Voy a cantar en nombre de mi
amigo un canto de amor dedicado a su viña (Is 5,1).
Esta
parábola va dirigida al pueblo de Israel. Dios había escogido aquel pueblo, y
esperaba mucho de él. Cuando este pueblo se desviaba, Dios le enviaba a algún
profeta para que volviera al buen camino. El pueblo reaccionaba mal, no lo
escuchaba, lo apedreaba, pegaba y a veces lo matabas.
Dice
el evangelista: Pero los labradores agarraron a los criados, hirieron a uno,
mataron a otro y al otro lo apedrearon (Mt 21,35). Finalmente les envió
a su hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. Pero los labradores, al ver
al hijo, se dijeron: “Este es el heredero. Matémoslo y nos quedaremos con su
herencia”. Le echaron mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron (Mt
21, 37).
Llevaron
a Jesús fuera de Jerusalén y lo crucificaron. La pasión y muerte de Jesús es
una prueba del amor de Dios: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo
único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn
3,16).
La
reacción de Dios, la encontramos en estas palabras del evangelio: Por eso os
digo que se os quitará el reino de Dios y se entregará a un pueblo que dé a
su tiempo los frutos que al reino corresponden (Mt 21,43). Estas palabras no
van dirigidas a todos los judíos, sino a los responsables de la muerte de
Cristo.
Para
los apóstoles fue muy duro ver que su pueblo, el pueblo de Israel, el escogido,
el que Dios había liberado de la esclavitud de Egipto, y con el cual había
establecido una alianza, la mayoría del pueblo, no estuviera dispuesto a
escuchar el mensaje de Jesús. No quisiera acoger la Buena Nueva que Jesús
anunciaba, el cambio de corazón que Él proponía.
Interpretación
De La Parábola
La
interpretación es que, este nuevo pueblo es la Iglesia, es el pueblo de Dios,
al cual nosotros pertenecemos. Dice san Pedro: Vosotros, en cambio, sois linaje
escogido, sacerdocio regio y nación santa, pueblo adquirido en posesión para
anunciar las grandezas del que os llamó a su luz admirable. Los que en otro
tiempo no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; los que no habíais
conseguido misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia (1Pe 2,9-10).
La
palabra de Dios la hemos de aplicar a nuestra vida. Cada uno de nosotros se ha
de preguntar cómo la puede aplicar. Yo os daré unas pistas que quizás os
puedan servir.
El
propietario de esta viña, como dice Isaías (Is 5,1), es mi amado, mi amigo, mi
Dios. Como aquel propietario, plantó las mejores cepas, nuestro Dios nos ha
dado la vida. La vida que es un don de Dios, la salud, el bienestar, el don de
la fe, una cultura humana y cristiana, el conocimiento de Jesucristo, un padre y
una madre, hermanos y amigos que nos quieren, y muchas otras cosas que podríamos
mencionar. Todo lo que tenemos viene de Dios.
Como
decía Dios al pueblo de Israel también nos lo dice a nosotros.
Liturgia
del Viernes Santo. Adoración de la Santa Cruz
¿Qué
más pude hacer por ti?
Yo
te planté como viña mía,
escogida
y hermosa.
¡Qué
amarga te has vuelto conmigo!
Para
mi sed me diste vinagre,
Con
la lanza traspasaste el costado
a
tu Salvador.
Los
viñadores querían hacerse amos de la viña, por eso mataron al heredero. El
pecado del hombre es prescindir de Dios y hacerse amo y señor de todas las
cosas creadas. Con otras palabras, es hacerse dios. Es la tentación del
demonio: Seréis como Dios, leemos el Génesis: Replicó la serpiente
a la mujer: ‑ ¡No moriréis! Lo que pasa es que Dios sabe que en el
momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como Dios,
conocedores del bien y del mal (Gn 3,4).
¿Qué
Espera Dios De Nosotros?
Dios
espera de nosotros que demos fruto. Y ¿qué frutos espera de nosotros? San
Pablo nombra algunos: En cambio, los frutos del Espíritu son: amor, alegría,
paz, tolerancia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre, y dominio de sí mismo (Gal
5, 22-23).
Caridad
Si
no tenemos caridad, no somos cristianos. Si no tenemos alegría, somos unos
tristes santos. Santo Pablo dice: Hacedlo todo por amor (1Cor 16,14). Ahora
subsisten estas tres cosas: la fe, la esperanza, el amor, pero la más excelente
de todas es el amor (1 Cor 13,13).
Alegría
En
lo referente a Jesucristo, san Pedro dice: Todavía no lo habéis visto, pero
lo amáis; sin verlo creéis en él, y os alegráis con un gozo inefable y
radiante (1Pe 1,8).
El
cristiano nunca ha de perder la alegría interior y la ilusión. San Pablo
escribe: Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres (Flp
4,4).
Paz
Si
no tenemos paz interior no está Dios. Nuestro Dios es el Dios de la paz. Nunca
hemos de perder la paz, aunque las cosas no nos salgan bien: Dichosos los que
construyen la paz, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9).
San
Pablo, en la segunda lectura, nos ha dicho que acudamos a la oración para no
perder la paz. El que reza alcanza la paz interior: Practicad asimismo lo que
habéis aprendido y recibido, lo que habéis oído y visto en mí. Y el Dios de
la paz estará con vosotros (Flp 4,9).
Bondad
Que
las personas que nos rodean puedan decir: ‑ ¡Qué muchacho o muchacha
o, qué señora o señor más bueno!
El
salmista dice: El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico
en clemencia (Sal 102,8). Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos (Sal 102,17).
Fe
Jesús
dijo a Tomás: ¿Crees porque me has visto? Dichosos los que creen sin haber
visto (Jn 20, 29). Nosotros seremos felices si tenemos fe y amamos de verdad
a Jesucristo. Nuestra oración puede ser: ¡Señor, aumentadnos la fe!
Dice
san Pablo: Ahora vemos por medio de un espejo y oscuramente; entonces veremos
cara a cara. Ahora conozco imperfectamente, entonces conoceré como Dios mismo
me conoce (1Cor 13,12).
Humildad
Jesús
dijo: Aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón (Mt 11,29).
Continencia
En
este tiempo que vivimos es muy difícil, pero recordemos que hay un sexto
mandato que nos dice: No consentirás los pensamientos impuros, y un
noveno que nos manda: No desearás la mujer de tu prójimo. San Pablo
escribe: Ninguna prueba habéis tenido que rebase lo soportable, y podéis
confiar en que Dios no permitirá que seáis puestos a prueba por encima de
vuestras fuerzas: al contrario, junto a la prueba, os proporcionará fuerzas
suficientes para superarla (1Co 10,13).
El
Señor nos enseña para que digamos en el Padrenuestro: (...) y no nos dejes
caer en la tentación y líbranos del mal (Mt 5,13).
Estos,
y Otros Frutos, Espera el Señor de Nosotros
Para
que la viña dé frutos, hay que trabajar. Si no se trabaja en la viña no dará
frutos. Para trabajar necesitamos herramientas, no puede hacerse todo con sólo
las manos. El labrador necesita tractores, arados, camiones para transportar la
uva, etc.
Principalmente,
Necesitamos Tres Herramientas:
Oración
Palabra
de Dios
Eucaristía
¡Que Paséis Un Buen Domingo y Una Buena Semana!