MIÉRCOLES DE CENIZA

Estamos hoy en el miércoles de Ceniza, hoy empieza la cuaresma para imitar a Jesús, que antes de empezar la vida pública se retira al desierto donde pasa cuarenta días de recogimiento, ayunando, haciendo oración y pidiendo fuerzas para empezar su vida pública.

Jesús es tentado y nos da ejemplo de como nosotros debemos resistir a las tentaciones, puesto que la vida del hombre está llena de tentaciones.

Durante el año contemplamos toda la vida de Jesús desde su concepción en las purísimas entrañas de Maria hasta la Ascensión al cielo.

Durante este tiempo de cuaresma contemplaremos algunos milagros de Jesús, la  transfiguración, la cruz y la resurrección del Señor de una manera más profunda.

La Cuaresma es un tiempo fuerte como preparación a  la Pascua.

La Cuaresma era ya plenamente aceptada en el siglo IV.

La Cuaresma siempre ha tenido en consideración, en primer lugar, los catecúmenos y su instrucción con vistas al bautismo. Hoy en muchas Iglesias han vuelto al catecumenado de los adultos, como preparación para recibir el bautismo en el día de la Resurrección de Jesús.

San León el Grande, papa, escribe:

Cuando llegan estos días en los cuales recordamos más especialmente los misterios de la redención de los hombres, días que, por su situación, preceden próximamente a la fiesta pascual, se nos manda que preparemos con más diligencia nuestra purificación religiosa. (De la liturgia de las horas del jueves de ceniza).

La Iglesia al empezar el tiempo cuaresmal en la oración de la misa pide: Que la austeridad penitencial de estos días ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del mal.

El hombre está tentado continuamente por el espíritu del mal, por esto necesita ser fortalecido por la penitencia cuaresmal para poder celebrar dignamente la gran fiesta de la Pascua.

Jesús en el Padrenuestro nos hace decir: No nos dejes caer en la tentación (Mt 6, 9 - 13).

En la primera lectura de la profecía de Joel se nos dice: Convertios al Señor Dios nuestro.

Convertirse equivale a cambiar, volver, retroceder sobre nuestros pasos. En sentido religioso es desviarse de lo que es pecaminoso y volver a Dios.

El salmo responsorial dice:
Dios mío, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

Especialmente en este tiempo cuaresmal nos debemos purificar y aumentar nuestra fe y caridad.

En la segunda lectura nos escribe san Pablo: Os lo pedimos por Cristo dejaos reconciliar con Dios.

Jesús en el evangelio dice que hagamos el bien no para que lo vean los hombres.

Cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.

Cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Tú cuando ayunes. Perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido.

Tiempo de cuaresma. Tiempo para hacer más oración, acordarnos de la personas necesitadas, ayunar y prepararnos para celebrar la Resurrección de Jesús con mucha alegría y paz.

Jesucristo es nuestro Dios, nuestro Señor y nuestro Amigo.
 

En este tiempo cuaresmal nuestra fe ha de aumentar y también nuestra amistad con Jesús y reconciliarnos con Dios y los hermanos.