FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

No hace muchos días, celebrábamos el nacimiento de Jesús en la cueva de Belén, y veíamos que Jesús se manifestaba los judíos y el día de la Epifanía, a los gentiles. Vino al mundo para salvar a todos los hombres.

Hoy le vemos, ya mayor, de unos treinta años, en el río Jordán. Hemos pasado por alto la huída a Egipto; también cuando lo encontraron sus padres en el Templo de Jerusalén; la muerte de san José; y los treinta años que vivió en Nazaret, trabajando de carpintero y viviendo en familia. Podríamos añadir también la despedida de Jesús con su madre Maria.

Despedida de Jesús y su madre María al empezar la vida pública

Fácilmente podemos imaginarnos la despedida de la madre y el hijo. Ella sabía que Jesús comenzaba su vida pública y que una espada de dolor atravesaría su alma. Así lo había predicho Simeón el día de su purificación. María estaría triste, pero al pensar que era la voluntad de Dios lo aceptaba, y esto le consolaba.

Jesús empieza su vida pública con el bautismo. Hoy vemos Jesús, ya mayor, se presenta con toda humildad y sencillez para ser bautizado En mi opinión, esta es una de las calidades más bonitas de Jesús: su sencillez.

El profeta Isaías en la primera lectura nos ha presentado Jesús como el siervo de Dios: Este es mi siervo a quien sostengo, mi elegido en quien me complazco. He puesto sobre él mi espíritu, para que traiga la salvación a las naciones. No gritará, ni alzará la voz, no voceará por las calles; no romperá la caña cascada ni apagará la mecha que se extingue. Proclamaré fielmente la salvación, y no desfallecerá ni desmayará hasta implantarla en la tierra. Los pueblos lejanos anhelan su enseñanza (Is 42,1-4).

Es admirable esta sencillez del Señor, que no alza la voz, no se hace oír a grandes voces..., por esto podemos decir que es manso y humilde de corazón.

San Pablo dice de Jesús: Siendo de condición divina, no consideró como presa codiciable el ser igual a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres (Flp 2,6-7). Al ser bautizado Jesús saltan a la vista dos signos, y una voz los interpreta.

Primero signo:

Jesús vio rasgarse el cielo En cuanto salió del agua vio rasgarse los cielos (Mc 1,10)

Segundo signo:

El Espíritu Santo bajó sobre Él en forma sensible. Y al Espíritu descender sobre él como una paloma (Mc 1,10) En la Biblia, la venida del Espíritu de Dios indica la misión, el carisma, y el destino al servicio del pueblo, en nombre y como instrumento de Dios

Tercero signo:

El Padre manifiesta a Jesús: Se oyó entonces una voz desde los cielos: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco (Mc 1,11).

Al ser bautizado Jesús, se abren los cielos y contemplamos el misterio de la Trinidad, y al Padre que nos dice que este es su Hijo muy querido, a quien hemos de escuchar, el Espíritu Santo se manifiesta en forma de paloma y al Hijo que recibe las aguas del bautismo de manos de Juan Bautista.

Con el bautizo en el Jordán se inaugura la misión de Jesús y se afirma su personalidad de Hijo de Dios.

NUESTRO BAUTIZO

El bautizo de Jesús nos remite a nuestro bautismo.

¿Por qué nos bautizamos?

Porque es la voluntad del Señor.

Jesús dijo antes de subir al cielo: Poneos, pues, en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de este mundo (Mt 28,19-20).

EFECTOS DEL BAUTISMO

El bautismo nos perdona el pecado original y los personales.

El bautismo de la Iglesia católica nos habla de la gracia, del don de Dios, nos dice que el bautismo nos perdona, tanto el pecado original como los pecados personales. San Pedro dijo a los que le escuchaban: Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para que queden perdonados vuestros pecados. Entonces recibiréis el don del Espíritu Santo (Hech 2,38).

EL BAUTISMO NOS HACE HIJOS ADOPTIVOS DE DIOS Y HEREDEROS DELCIELO

San Pablo a los gálatas dice: Ya no eres siervo, sino hijo, y como hijo, también heredero por gracia de Dios (Gal 4,7).

EL BAUTISMO NOS CONVIERTE EN TEMPLOS DEL ESPÍRITU

San Pablo escribe a los cristianos de Corinto: ¿Es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que habita en vosotros? (1 Cor 6,19).

EL BAUTISMO NOS HACE MIEMBROS DE LA IGLESIA

El bautismos también nos hace miembros del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia: Porque todos nosotros, judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos recibido un mismo Espíritu en el bautismo, a fin de formar un solo cuerpo (1 Cor 12,13). Todos los que estamos bautizados formamos el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Jesucristo, y todos somos responsables, no sólo el papa o los obispos, sino todos los bautizados, y hemos de estimar a nuestra Iglesia como a nuestra madre que nos ha engendrado en la fe.

Por el bautismo participamos del sacerdocio de Cristo, san Pedro dice: Vosotros, como piedras vivas, vais construyendo un templo espiritual dedicado a un sacerdocio santo, para ofrecer, por medio de Jesucristo, sacrificios espirituales agradables a Dios (1Pe 2,5).

EL BAUTISMO IMPRIME CARÁCTER

El bautismo imprime un signo espiritual indeleble para siempre, que se llama carácter, por esto, el bautismo no se puede repetir.

El cristiano es una persona consagrada a Dios a quien debe dar culto.

Anécdota curiosa.

Cuando era párroco de la parroquia de san Paulino de Nola de Barcelona, cada domingo tenía que bautizar a muchos niños, porque el "Patronato de la Vivienda" había dado viviendas a unas cinco mil personas, reciencasadas o a punto de casarse.

Un día estando en la sacristía hablando con un sacerdote, párroco de un pueblo pequeño de Aragón, se presentó un amigo mío sevillano y me invitó a ir a ver una corrida de toros en aquella tarde. Yo le respondí que no podía ir, porque tenía veinte bautizos aquella misma tarde. Entonces, el sacerdote aragonés se ofreció parar hacerlo él mimo, para que yo pudiera ir a los toros, e hizo esta pregunta: ¿Cómo pueden bautizarse veinte niños a la vez? El sevillano le contestó con mucha gracia: Coja un cubo, lo llena de agua y una manguera, cuando llegue la hora de bautizarlos los rocía a todos y, en un instante ¡ya están todos bautizados! A todos nos dio mucha risa.

Finalmente, como pastor, os quiero recordar que la Iglesia quiere que a los recién nacidos se les bautice a las pocas semanas de su nacimiento y no retrasarlo tanto.

Agradezcamos al Señor el don del bautismo y vivamos como Jesús: Pasando por el mundo amando a Dios y los hermanos, cumpliendo el mandato del amor que nos ha dado Jesús y haciendo el bien

OS DESEO PASÉIS UN BUEN DOMINGO Y BUENA SEMANA


CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO esquema del ritual

_        Saludo
_       Señal de la cruz
_       Palabra de Dios
_       Liberación del pecado. Exorcismo
_       Unción con el aceite de los catecúmenos
_       Promesas del bautismo. Renuncia al pecado y profesión de fe
_       Bautismo. Echar el agua sobre el niño
_       Unción con el aceite de santo crisma
_       Encender el cirio
_       Vestido blanco
_       Bendición solemne de la madre, del padre y de los asistentes
_       Despedida