SANTIAGO APOSTOL
PATRONO DE ESPAÑA
Solemnidad
, 25 de julio

Vocación de Santiago

Un día Jesús pasaba cerca del lago de Galilea. Vio a Simón y a Andrés y los invitó para que se fuesen con él; un poco más adelante vio a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban repasando las redes en la barca y también los llamó. Ellos abandonaron a Zebedeo, su padre, la barca, su trabajo, y se marcharon con él. Jesús los llamó y ellos respondieron a su llamada (Mc 1,19). No eran pobres, tenían barca, redes y jornaleros; hoy diríamos que eran de clase mediana. La figura de Jesús tenía tanta fuerza que no dudaron en dejarlo todo y seguirlo. Nosotros también somos seguidores de Jesús, también hemos dejado muchas cosas. Si deseamos de verdad estar y vivir con Jesús, también hemos saber renunciar.

Santiago es grande porque respondió sin vacilar a la llamada de Jesús. Fue un discípulo aventajado, escuchaba al Maestro, iba de camino junto a él, y dio testimonio de su amor muriendo por Jesús.

La vida de Santiago y su relación con Jesús

Su padre se llamaba Zebedeo, su madre debía ser Salomé (Mc 16,1, y Mt 27,56).

Santiago fue uno de los discípulos predilectos de Jesús. En la lista de los apóstoles, según san Marcos, ocupa el segundo lugar después de Pedro; y según Mateo y Lucas, el tercero. Presenció muchos milagros de Jesús, los evangelistas destacan su presencia en la curación de la suegra de Pedro (Mc 1,29) y en la hija de Jairo (Mc 5,37); contempló a Cristo glorioso en la montaña de la transfiguración (Mc 9,2), y a Cristo sufriendo en el huerto de los Olivos (Mc 14,33).

Juan y Santiago eran los amigos íntimos de Jesús. Cuando Jesús les dijo que tenía que subir a Jerusalén y que el Hijo del Hombre habría de morir, pero después resucitaría al tercer día, según san Mateo, Lucas y Marcos, su madre, y ellos mismos, se le acercaron para pedirle algo extraordinario.

San Marcos lo cuenta así: Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se le acercaron y le dijeron: -Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte. Jesús les preguntó: - ¿Qué queréis que haga por vosotros? Ellos le contestaron: -Concédenos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu gloria. Jesús les replicó: -No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa de amargura que yo he de beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le respondieron: -Sí, podemos. Jesús entonces les dijo: -Beberéis la copa que yo he de beber y seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado (Mc 10, 35).

Muerte de Santiago

El libro de los Hechos de los Apóstoles lo narra de este modo: Por entonces, el rey Herodes inició una persecución contra algunos miembros de la Iglesia. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan (Hech 12,1-2).

Aplicación práctica

Nosotros también hemos de seguir al Maestro, escucharle, leer el Evangelio con tranquilidad, saborear las palabras de Jesús, fijarnos en sus gestos, en lo que hacía y decía, y procurar ponerlo en práctica.

Cuando reflexionamos en la vida de los santos, o de los apóstoles, creemos que eran perfectos, pero la realidad no era así, eran pecadores y tenían defectos, como nosotros. En estos textos lo comprobamos. Santiago y Juan querían ser los primeros, sentarse a la derecha y a la izquierda de Jesús. Como es lógico, los otros apóstoles se indignaron. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús los llamó y les dijo: -Sabéis que los que figuran como jefes de las naciones las gobiernan tiránicamente. No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo de todos (Mc 10,41-44). De hecho, como decía el profesor que tuve de Sagrada Escritura, era una indirecta contra Pedro.

Uno de nuestros males, de todas las personas en general, es que siempre queremos tener razón y ser los primeros. Jesús les contesta si están dispuestos a beber el cáliz que él ha de beber, es decir, cargar con su cruz y hacerse esclavos de todos.

Importancia de Santiago en la Iglesia española y en todo el mundo

Una tradición, no muy documentada, nos dice que el apóstol Santiago predicó en España. Por el poco tiempo que vivió después de la muerte de Jesús no parece muy creíble. Esta tradición, del siglo sexto, procede de san Isidoro de Sevilla, lo narra en el libro de la vida y la muerte de los santos (De Vita te obitu sanctorum, 7,1).

Otra del siglo IX, más documentada, dice que el sepulcro de Santiago se encuentra en Santiago de Compostela. Lo que no puede negarse es que, a partir de la Edad Media, miles y miles de peregrinos han visitado su sepulcro y han abrazado la imagen de Santiago para pedirle ayuda y protección. Por esto se nos muestra a Santiago como peregrino con un bastón en la mano.

Nuestras raíces son cristianas. Nuestros padres colocaron un eslabón más en la cadena de la fe. Que nuestra fe no vacile, que sepamos transmitirla, que estemos siempre enamorados de Jesucristo, teniendo en cuenta que no es suficiente que las raíces sean buenas para que el árbol de fruto, sino que es necesario cuidarlo y regarlo a menudo.

En el día de hoy, pedimos al apóstol patrón de España, (también de los farmacéuticos y boticarios), que la bendiga y que todos nosotros nos ayude para que sigamos a Jesús como él lo siguió y demos nuestra vida como él la dio.

¡Os deseo una feliz fiesta de Santiago!