Ciclo B DOMINGO TREINTA Y UNO DEL TIEMPO ORDINARIO
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Dios es amor (1Jn 4,16)

El evangelio de hoy nos contesta a una pregunta que quizás, algunas veces, nosotros nos hemos hecho. Cuál es el primer mandamiento? La respuesta de Jesús es: El primero es este: Escucha Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es el único. Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu mente y con todas tus fuerzas" (Mc12, 29-30).

A simple vista parece que es muy fácil cumplir este mandamiento, pero la experiencia nos demuestra que a menudo anteponemos muchas cosas al amor de Dios y que nos amamos más a nosotros mismos que al prójimo.

Sabemos por experiencia que dejamos de hacer la oración o de asistir a la santa Misa por nuestras comodidades, o por excusas con que intentamos justificarnos.

Este principio: "Primero yo, después yo y siempre yo", por desgracia, a menudo, lo llevamos a la práctica.

Todo buen israelita sabía de carrerilla lo que contestó Jesús, y lo decía al levantarse y al irse a dormir. También lo tenía escrito en la puerta de su hogar.

Jesús dice claramente que hay un solo Dios, a quien hemos de amar. En el lenguaje bíblico, amar no es solamente un sentimiento, que a veces falla, sino orientar toda la vida hacia la persona amada. Vivir, actuar y existir en Él.

Dios creó al hombre por amor, y quiere que el amor resplandezca en su vida y actuación.

Nos tendríamos que preguntar muchas veces, sí Dios es realmente el centro de nuestra vida.

El amor a Dios se realiza en el amor al prójimo. ¿Cómo puedes decir, pregunta san Juan, que amas a Dios, a quien no ves, y no amas a tu hermano, a quien ves? Si alguien afirmaba "Yo amo a Dios", pero no ama a su hermano, miente, porque quien no ama a su hermano, que ve, no puede amar a Dios, a quien no ve (1Jn 4,20).

Reglas prácticas para saber si amamos

Hablamos del amor de una manera general, pero no lo ponemos en práctica..

Permitidme que, el día de hoy, os dé unos cuantos consejos prácticos, para que el amor no sea una entelequia, sino algo real.

1. El amor se tiene que manifestar. Si aprecias a una persona, pero no lo manifiestas, es como sí no le amases. Uno de los consejos que se da a la pareja, cuando se casan es que manifiesten su amor, aunque sea en cosas sencillas y pequeñas.

Un día, un señor que tenía mucha confianza conmigo, me dijo: "Estoy de malhumor; hoy nos hemos discutido mi esposa y yo".Ella me ha dicho: Que no la amaba". Él le contestó que sí que la amaba. Cada año, en el aniversario de su boda, le regalaba un pomo de flores. Ella le esperaba, con las flores, pero él se olvidó atareado por cosas del trabajo ¿Tenía razón la esposa para enfadarse?

2. Jesús dice: Haced a los otros todo aquello que queréis que ellos os hagan: este es el resumen de la Ley y los Profetas (Mt 7,12). Si tú haces a tu hermano lo que tú quieres que él te haga a ti, es una manera práctica de saber sí obras bien.

3. Amar, también, quiere decir hacer feliz a la persona amada. Pensad que nadie puede dar lo que no tiene. Una persona puede ser muy feliz en medio de grandes dificultades.

Todos conocemos quién es la madre Teresa de Calcuta. Esta mujer, que siempre estaba rodeada de pobres y de miseria y a pesar de los pesares era una mujer llena de felicidad. Después de una entrevista que tuvo con Reagan, el presidente de los Estados Unidos comentaba que no había visto nunca a una persona tan optimista y feliz como la madre Teresa de Calcuta.

Hay personas que viven amargadas, y que amargan a las personas que tienen a su lado. Estas personas no aman Tendrían que vencerse y llevar la cruz ellas solas y no cargarla sobre los demás.

4. Sí quieres demostrar que amas, seé benévolo en tus pensamientos.

No podemos tener buenas palabras y buenas obras, si antes no tenemos buenos pensamientos.

Esta máxima "Piensa mal y acertarás" no es cristiana. Santiago nos dice: Uno solo es el legislador y el juez, que puede salvar o hacer perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar a tu hermano? (Sant 4, 12).

Sí queremos, siempre podemos ver la parte positiva de nuestro hermano. Una vez oí explicar este ejemplo que me hizo pensar. Un buen padre fue acusado injustamente por su hija, inducida por su su madre, y el buen padre comentaba esta injusticia con estas palabras: "Es una mala hija, pero es una buena chica".

Jesús nos da una señal para saber si somos discípulos suyos: esta señal es el amor. En eso conocerán todos que sois discípulos míos, si os amáis los unos a los otros (Jn 13,34).

Ser cristiano es amar de verdad a Dios y a los hermanos.

Un día el Señor nos preguntará si le amamos, como lo hizo a san Pedro. Que nosotros le podamos contestar, como él le contestó :Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que yo te amo (Jn 21,17). Me he esforzado en amar a mis hermanos, y también a mis enemigos, como Tú quieres.

Que paséis un buen domingo y una buena semana.