Ciclo B. DOMINGO TREINTA Y DOS DEL TIEMPO
ORDINARIO
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Fácilmente podemos hacer una composición de lugar del
evangelio del día de hoy. Jesús estaba sentado en el Templo, ante el arca de las
ofrendas, mirando como la gente pasaba. Jesús era un buen observador .
Me imagino a Jesús contemplando aquella multitud de personas y reflexionando sobre su
conducta y maneras de proceder.
Los tres evangelistas Mateo, Marcos y Lucas describen las palabras de Jesús. Aquí
tenéis un resumen:
Ocho personas pasan ante Jesús
1-. Pasa un doctor de la ley, hombre docto y conocedor de la ley y de las escrituras, muy
bien vestido, que busca las alabanzas de los otros. El evangelio dice: Les gusta pasearse
con vestidos de seda y que la gente los salude en las plazas (Mc 12,39).
2-. Otro que está preocupado por ser el primero y conseguir un buen sitio. Esto le hace
cometer muchas injusticias:
Que los hagan ocupar los asientos de honor en las sinagogas y los primeros lugares en
los banquetes (Lc 20,46).
3-. Uno que busca el honor en la sinagoga, que todo el mundo le reconozca y le deje el
primero lugar.
Les gusta ocupar...las primeras sillas en la sinagoga (Mt 23 6).
4-. Otro que, cuando le invitan, siempre se pone en la presidencia:
Les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes (Mt 23,6).
5-. Uno que es un ladrón. Con motivo, o excusa, de la oración devora los bienes de las
viudas:
Devoran los bienes de las viudas y hacen ver que ruegan (Mc 12,40).
6-. La persona a quien todo el mundo saluda y le hace reverencia, y él está muy
satisfecho por el título de maestro.
Que la gente los salude en las plazas y que les denel título de rabí, o sea, maestro
(Mt 23,7).
7-. La persona rica que tira una gran cantidad de dinero en el Templo, para que todo el
mundo lo vea y le alabe :
Jesús se sentó enfrente de donde echaban las ofrendas y miraba como la gente
echaba dinero. Muchos ricos echaban mucho (Mc 12,41).
Jesús nos dice: Vosotros, no seáis como estas personas. Estas recibirán una sentencia
muy rigurosa.
Todos nosotros conocemos a personas de estas características.
8-. Finalmente pasa una pobre viuda, de la que nadie hace caso, porque es pobre y viuda.
Ella, con toda humildad, se acerca a la bandeja y echa pequeñas monedas, un cuarto de as.
Es decir, una cantidad muy pequeña:
Pero vino una viuda pobre que echó unas monedas de las más pequeñas (Mc 12, 42).
Jesús nos da una gran lección, cuando nos dice que aquella pobre viuda es mejor que
todas las persones que han pasado por delante. Jesús llamó a los discípulos y les dijo:
" En verdad os digo, que esta viuda pobre es la que ha dado más que todos; los
otros han dado de lo que les sobraba, pero ella, que lo necesitaba para vivir, ha dado
todo lo que tenía" (Mc 12,42). Les dice que aquella pobre viuda es la mejor
de todas las personas que han pasado antes, y da la razón, porque ha dado, no de las
sobras, sino todo lo que tenía para vivir. Repito, todo lo que tenía para vivir. No es
decir poco. Ha dado todo lo que tenía para vivir.
Aplicación de la palabra de Dios a nuestra vida cristiana
Sabemos lo que Jesús pensaba de todas aquellas personas, cuando Él estaba sentado en
el atrio del Templo pasaban por delante. A mí, y a vosotros, sin duda, nos gustaría
saber qué piensa el Señor de muchos cristianos y de todos nosotros que, también, hoy,
estamos en su presencia.
Todos nosotros nos podemos aplicar las palabras del Señor. A todos nos gusta que nos
alaben, y cuando nos desprecian, nos enfadamos; ocupar el primer lugar; tener siempre la
razón; aparentar lo que no somos, y no sabemos reconocer nuestras flaquezas y miserias,
y, si damos limosna, no lo hacemos como la viuda del evangelio.
¿Por qué nuestros cristianos no se confiesan, o se confiesan poco? Porque ir a
confesarse es reconocer que tenemos vanidad, que alguna vez somos hipócritas y egoístas,
o que hemos hecho algún entuerto.
Recuerdo que una persona, que tenía muy buen humor, cuando iba a confesarse decía que
iba a desacreditarse.
Si somos realistas veremos que pocas personas dan de lo que necesitan para vivir.
Generalmente damos de las sobras y muchas veces no damos nada. No me refiero solamente a
dinero, sino también a tiempo, por ejemplo: visitar algún enfermo y sobre todo dar amor,
cosa que no es fácil. Hay muchas personas, que, pese a estar acompañadas, están
necesitadas de amor, pero nadie se lo da. Necesitan ser escuchadas y no lo son.
Anécdota
Recuerdo que un día vino una señora llena de problemas y me los empezó a explicar. Ella
iba hablando y yo escuchando. Interiormente pensaba: "cuando acabará, tanto
trabajo que tengo y estoy perdiendo el tiempo". La mujer continuaba hablando, y
yo personalmente no podía hacer nada de lo que me explicaba. El Señor hizo que no la
interrumpiera, pese a que cada vez me ponía más nervioso. Al acabar me dijo: "Gracias,
padre Juan, porque me ha escuchado". Que muchas personas os puedan dar las
gracias por haberlas escuchado.
Recordad algunas sentencias de Jesús
-Quien quiera ser el primero, que sea el último.
-Cuando te inviten, ponte en el último lugar.
-No quieras ser servido, sino ser servidor de los hermanos.
-Si no os hacéis pequeños, como niños no entraréis en el Reino de los cielos.
Estas son algunas lecciones que podemos sacar de la palabra de Dios que hemos escuchado.
Lo importante es que la apliquemos a nuestra vida.
Para acabar, quiero resaltar que Marcos dice que Jesús critica a los hombres y alaba a
una mujer pobre y viuda. Muchas veces Jesús alaba a las mujeres. Por ejemplo: cuando
llevaba la cruz.
Hoy, son precisamente dos mujeres las protagonistas de las lecturas. La viuda de Sarepta y
una pobre mujer que ha pasado a la historia, sin que podamos saber su nombre. Una que da a
Elias uno vaso de agua y el poco pan que tenía para ella y su hijo, y la pobre del
evangelio que da de lo que tenía para vivir.
Nada más, que paséis un buen domingo y una buena semana. Hasta el próximo domingo, si
Dios quiere.