Domingo Quinto Durante el Año

INTRODUCCIÓN

Ser cristiano quiere decir, mirar mucho a Jesús, cómo vivió y poder dejarle vivir ahora entre nosotros; escuchar sus enseñanzas y ponerlas en práctica.

Ser cristiano quiere decir que Jesús ha de ser el centro de nuestra vida, para que nuestra vida se asemeje, lo más posible, a la suya y en cada uno según su vocación.

Ser cristiano es estar con Jesús.

Ejemplo:

Santa Teresita decía que ella estaba siempre con Jesús. Un día le dijeron: Cuando vayas al cielo estarás siempre con Jesús y lo verás. Ella contestó que no necesitaba ir al cielo para estar con Jesús, que ella ya estaba siempre con él, puesto que ella siempre lo tenía presente aquí en la tierra, aunque después lo vería personalmente, ahora sólo con los ojos de la fe.

Fijémonos ahora en la vida de Jesús, como nos lo explica el evangelio que acabamos de escuchar.

Jesús salía de la sinagoga de escuchar la palabra de Dios.

Tú, esta mañana, también has venido al templo para escuchar la palabra de Dios. Esta palabra de Dios, principalmente del libro de Job y del Evangelio, es la misma que hoy hemos escuchado.

Reflexión sobre la primera lectura

Job presenta a Dios sus quejas de dolor y sufrimiento. Le habla con sinceridad, a veces parece una protesta contra Dios, porque le ha creado y deja que padezca de ese modo. Por fin, Job abrió la boca y maldijo el día de su nacimiento diciendo: ¡Desaparezca el día en que nací y la noche que dijo: “ha sido concebido un hombre”! Que ese día se convierta en tinieblas, que Dios desde su morada no lo recuerde más, que la luz no brille sobre él (Job 3,1-3). No encuentra una explicación convincente, se ve como obligado a aceptar a un Dios incomprensible, a amar a un Dios que está muy lejos de las explicaciones humanas. Job acaba diciendo: Sé que todo lo puedes, que ningún plan está fuera de tu alcance. ¿Quién es ése que enturbia mi consejo con palabras sin sentido? (Job 42,2-3).

Job acepta a Dios tal y como es y no de la manera que le hubiera gustado.

Muchas veces he oído decir estas expresiones: ¿Por qué Dios permite estas cosas, por qué no me envía la muerte, qué hago en esta vida, por qué Dios permite estas guerras horribles, en las cuales mueren muchos inocentes, por qué Dios ha permitido la muerte de mi padre, o de mi madre o de mi hijo?

Job parece que se encara a Dios, pero sólo lo parece; la realidad es que lo acepta. Hay muchas personas que se encaran a Dios y querrían un Dios a su gusto, que hiciera siempre su voluntad. Querrían un Dios a su medida. Las personas que tienen fe aceptan a Dios tal y como es, se fían de él, y no de la manera que les hubiera gustado que fuera.

Algunas personas dicen que han perdido la fe, porque Dios no ha hecho su voluntad, no les ha escuchado.

Recuerdo una conversación con una chica que había perdido la fe. Me decía y se preguntaba por qué su padre había muerto cuando era pequeña, y había padecido mucho. Después de mi sencilla reflexión, me contestó: Si Dios hiciera siempre mi voluntad, yo sería más que Dios, ¡sí, Vd. tiene razón!

Reflexión sobre el Evangelio

Jesús, después escuchar la palabra de Dios en la sinagoga, fue a casa de Pedro, con Santiago y Juan. Al salir de la sinagoga, Jesús se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés (Mc 1,29).

Jesús tenía tiempo para estar en familia

A Jesús le gustaba estar en familia. Había vivido treinta años en familia, en Nazaret. Acostumbraba a ir a casa de sus amigos, Lázaro, Marta y María. En esta ocasión está en casa de Simón, resalta su agrado por la invitación afectuosa de su discípulo Pedro; le acompañaba Santiago y Juan. Entonces el Señor realiza la curación milagrosa en favor de la suegra de Pedro, y después la gratitud de ella, que se traduce en el servicio que le presta a la mesa en aquella reunión festiva. Dice el evangelista que ella se levantó y se puso a servirles (Mc 1,31).

La casa de Pedro era la casa de Jesús. Al llegar, le dicen que la suegra de Pedro estaba enferma y tenía fiebre. No sería suponer demasiado el pensar que la comida no estaba hecha. Entonces Jesús se le acercó, y, cogiéndola de la mano, la hizo levantar. Ella, ya repuesta y contenta, hace la comida y se pone a servirlos.

¡Qué bonito ver a Jesús con sus amigos, hablando, descansando y curando a la suegra de Pedro! Jesús tenía tiempo para estar con los amigos y pasárselo bien. Tenía tiempo para estar en familia.

El cristiano ha de tener tiempo para estar con la familia y los amigos.

Uno de los males de nuestra sociedad es que tenemos tanto trabajo, que no hay tiempo para estar con la familia y los amigos.

Jesús tenía tiempo para curar enfermos

Jesús se daba a los demás, se relacionaba con la gente y curaba enfermos. El evangelista nos dice hoy: Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol… la población entera se agolpaba a la puerta. El curó entonces a muchos enfermos de diversos males (Mc 1,32-34). Jesús no pasaba de largo cuando veía las necesidades de la gente. Nosotros no podemos dejar de lado las necesidades de nuestros hermanos.

Se habla mucho del dinero que se emplea en armamento, para guerras espantosas, y es cierto. Si este dinero fuera empleado para ayudar a resolver las necesidades del tercer mundo se ayudaría a muchísimas personas que padecen tanto.

La mayoría de nosotros hacemos esto mismo con nuestras cosas. ¡Cuántos juguetes, ropa, muebles, viajes, cambios de coches, etc.!; lo hacemos con toda naturalidad, sin pensar que hay muchas personas que mueren de hambre. La Iglesia, en el día de hoy, te dice: ¡Ayúdales según tus posibilidades!

Finalmente, Jesús, se levantó temprano y fue a hacer oración. Jesús hablaba mucho de Dios y necesitaba hablar con Dios.

Hay muchas personas que no saben hablar de Dios, por ejemplo los padres con los hijos, y la razón fundamental es que no hablan con Dios.

He aquí cuatro aspectos fundamentales de la vida de Jesús, del evangelio de hoy:

Jesús escuchaba la palabra de Dios, sabía estar en familia y con los amigos, curaba a los enfermos y por la mañana temprano hacía un bueno rato de oración.

Aprendamos la gran lección que nos da el Señor.

¡Que paséis un buen domingo, con Jesús, vuestra familia y amigos!