CICLE B - DOMINGO OCTAVO DEL AÑO
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Pieter Brueghel, El Viejo. La comida de boda. Introducción a la primera lectura

 

En la primera lectura el profeta Oseas nos prepara para escuchar el Evangelio. Este profeta cordial y sensible al valor de la fidelidad, tuvo que sufrir la traición de su infiel esposa. Esperó con generosidad que volviera y la perdonó. Esta experiencia le sirvió como montaje alegórico para dramatizar la infidelidad de Israel, el pueblo elegido, a su Dios. Dice: Te desposaré conmigo para siempre, te desposaré en justicia y en derecho, en amor y en ternura; te desposaré en fidelidad, y tú conocerás al Señor (Os 2-21). Es uno de los mensajes del amor de Dios a su pueblo de Israel.

 

Evangelio

 

En el evangelio se nos dice cómo preguntaban a Jesús por qué no ayunaba él ni sus discípulos. ¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y los tuyos no? Jesús les respondió: ¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras el novio está con ellos, no tiene sentido que ayunen. Llegará un día en que el novio les será arrebatado. Entonces ayunarán (Mc 2, 18-20).

 

Fijaos bien, cómo se presenta Jesús. Durante el año lo hemos visto como amigo, maestro, camino, verdad y vida, y hoy se nos presenta como un novio. ¿Es que pueden ayunar los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Se supone que está celebrando el banquete de boda con sus amigos.

 

Algunas cualidades del novio

 

Es una persona alegre y feliz, ama de verdad a su esposa, y piensa amarla durante toda su vida, la hará feliz, estará con ella y se sacrificará por ella, etc.

 

Pieter Brueghel, El Viejo. La comida de boda. Jesús se presenta como si fuese el novio

 

Aplicad estos conceptos a Jesús, que hoy se nos presenta como el novio. Jesús es una persona alegre, que ha venido al mundo con un mensaje de alegría y salvación, que ama a su esposa, que es la Iglesia, de la cual nosotros somos miembros por el bautismo; que ha dado su vida por nosotros muriendo en una cruz, que quiere que nosotros, cumpliendo el precepto del amor, seamos felices aquí a la tierra y después al cielo, y está con nosotros durante toda nuestra vida.

 

Presencia de Jesús

 

No podemos desglosar todos estos conceptos porque la misa sería demasiada larga. Pero permitidme que solamente comente la presencia de Jesús en nuestra vida cristiana.

 

Presencia de Jesús en el año litúrgico

 

La iglesia nos invita a vivir la presencia de Jesús, repasando la vida de Jesús por medio del año litúrgico. Así contemplamos la vida de Jesús desde la concepción inmaculada de María hasta su Ascensión al cielo, pasando por su nacimiento, la vida oculta en Nazaret, los diferentes pasajes de su vida y, sobre todo, la contemplación de su dolorosa muerte y admirable resurrección.

 

La presencia de Jesús la encontramos principalmente, en la liturgia.

 

El Concilio Vaticano II, en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, describe algunas maneras que tiene Cristo de estar presente en la acción litúrgica. (SC. 7).

 

Presencia de Jesús en la palabra de Dios.

 

Cuando en nuestras acciones litúrgicas se lee la Palabra, está Cristo dejándose escuchar de nuevo por nosotros. La vida nos llega por la Palabra, y la Palabra engendra, en los hombres, el comienzo de la salvación, por la fe. Pero cuando la Palabra logra su más viva expresión y realización es cuando está unida a la acción sacramental. Porque la proclamación de la Palabra no es solamente una narración, sino que tiene la fuerza de realizar aquello que anuncia.

 

Presencia del Cristo en sus ministros

 

Jesús está presente en sus ministros. El sacerdote, en las celebraciones litúrgicas, más que en cualquier acto del ministerio sacerdotal, actúa en la persona de Cristo. No es Pedro quien bautiza, es Cristo quien está bautizando con Pedro, es Cristo quien perdona los pecados en el sacramento de la reconciliación, y hace presente su vida cuando celebra la Eucaristía. El sacerdote dice en el momento de la consagración las mismas palabras que Jesús dijo el Jueves Santo: Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed; esto es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, después de dar gracias, se la dio diciendo: Bebed todos de ella, porque ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos para el perdón de los pecados (Mt 26,26-28). Naturalmente es el cuerpo y la sangre de Cristo que están sobre el altar por el sacerdote.

 

Jesús está presente en la Eucaristía. La Eucaristía es un banquete y un sacrificio. En todos estos aspectos está la presencia de Cristo, que se convierte en comida para alimento nuestro, y en el sacrificio renueva su donación al Padre.

 

Ahora pasamos por alto la presencia de Jesús cuando está reservado en el sagrario, para que nosotros vayamos a visitarlo y le tratamos como un gran amigo.

 

Presencia de Cristo en la comunidad cristiana

 

Jesús está presente en la comunidad cristiana. Jesús dijo: Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt 18,20). La Iglesia es el cuerpo de Jesús. Jesús es la cabeza, y donde está el cuerpo ha de estar la cabeza, Cristo.

 

Domenico Fetti. Parábola de los convidados.Jesús se hace presente en los enfermos y necesitados

 

Jesús está presente en los pobres, enfermos y necesitados. En el juicio final, los justos le responderán: Entonces le responderán los justos: “Señor ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te alojamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les responderá: “Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25 37-40). Cuando tú das una limosna a un pobre, visitas a un enfermo, o a un preso, o das un vaso de agua a quien tiene sed, piensa que lo haces al mismo Jesús.

 

Presencia de Dios y de Cristo en el mundo

 

Hay una presencia implícita, o explícita, de Dios y de Cristo dentro de nosotros mismos. Dios nos habla interiormente en el fondo de nuestro corazón, en la salud, en la enfermedad y en los diferentes acontecimientos que nos acontecen.

 

También nos habla en el progreso humano, en la técnica y en los descubrimientos que el hombre realiza. Cuando el hombre descubrió la televisión, Dios ya la había puesto.

 

También en las personas buenas y que dan buen ejemplo de amor. Hay la presencia de Dios donde hay auténtica comunidad de amor, puesto que todo amor procede del Amor con mayúscula.

 

Las dos ideas he querido subrayar principalmente en esta homilía son: Presentaros como Jesús, como el novio contento y alegre que nos ama, en la liturgia, en la Eucaristía, en la comunidad cristiana, en nuestros hermanos necesitados y donde hay amor auténtico.

 

Que estas palabras mías y esta Eucaristía que estamos celebrando, nos sirvan para amar más a Jesús, para servir a nuestros hermanos y para vivir mejor la presencia de Jesucristo.

 

Os deseo que paséis una muy buena semana y hasta el domingo, si Dios quiere.