Ciclo B. DOMINGO DECIMOSEXTO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

DELICADEZA DE JESÚS CON SUS APÓSTOLES

Queridos amigos:

Estamos ya en pleno calor y estas palabras de Jesús a sus discípulos nos van muy bien a nosotros en este tiempo de verano: Venid ahora a solas a un sitio tranquilo y os reponéis un poco (Mc 6,31). Es una invitación que cobra un relieve especial en esta época del año, caracterizada por un uso, cada vez más generalizado, de las vacaciones.

Palabras tan humanas que ayudan para vivir cristianamente este periodo de descanso: un descanso para reponer nuevas fuerzas, que no quiere decir cesación de actividad sino cambio de la actividad habitual por una otra que permita una relajación de la tensión acumulada a lo largo del año.

Unas de las cosas que yo personalmente admiro más de Jesús es su humanidad y el trato que tiene con sus apóstoles y discípulos; el evangelio de hoy nos da una pequeña muestra.

Los apóstoles vuelven y explican lo que habían hecho y enseñado (Mc 6,30)

Los apóstoles habían ido a predicar el reino de Dios, como leímos el pasado domingo, y al volver se reúnen con el Maestro para explicarle cómo ha ido su primera salida. Llegan de dos en dos, del mismo modo que marcharon, y como es natural explican al Maestro cómo les ha ido. Cuando todos llegaron, se reunieron con Jesús y hablaron de todo lo que habían hecho y enseñado (Mc 6,30). Ellos hablan, y el Maestro, Jesús, los escucha. Tienen una conversación muy animada explicando minuciosamente cómo les ha ido su salida y están contentos, porque han conseguido mucho fruto y también están cansados; por esto, el Señor los invita a descansar. Jesús es muy delicado.

Fácilmente podemos imaginar la conversación de Jesús con los apóstoles, una conversación sincera, alegre, esperanzadora y larga, por esto Jesús les dice: Venid, ahora, a solas en un sitio despoblado y os reponéis un poco ( Mc 6,31). Un cierto descanso es un deber y un derecho también para los apóstoles. Jesús lo tiene presente. También Jesús acostumbraba a buscar la paz y el silencio en un sitio solitario, después de una larga actividad. El evangelista Marcos escribe: De buena mañana, cuando todavía era oscuro, se fue a un sitio solitario y se quedó rogando (Mc 1, 35).

APLICACIÓN PRÁCTICA

Nosotros, cristianos, también estamos necesitados de una conversación larga con el Señor, como lo hicieran los apóstoles. Muchas veces, vamos a la iglesia y salimos sin haber hablado con el Señor un bueno rato. Vamos a misa, y quizás ni le hemos dicho los buenos días al Señor, y sales del mismo modo que has entrado. La palabra de Dios no ha penetrado en tu corazón

Anécdota

Recuerdo haber leído en la vida del rector de Ars, san Joan Mª. Vianney, que muchas veces, cuando entraba al templo, veía a un hombre sentado que no apenas movía los labios. Le preguntó qué hacía y él le respondió estas palabras: "Yo lo miro, y él me mira". Sin duda, aquel hombre hacía una buena oración. A veces hablamos demasiado y escuchamos y miramos poco.

Para acabar, yo diría que el Señor nos dice: "descansad un poco, vosotros que vivís entre tanto estrés y agobiados por muchas cosas. Cogéis unas buenas vacaciones y descansáis para recuperar fuerzas para el curso que viene".

Vivid en intensidad la vida de familia y no dejéis las prácticas religiosas, especialmente la santa misa, aunque tengáis que hacer algún sacrificio.

No podemos dejar de respirar, ni de comer, ni de tantas funciones esenciales en la vida. Tampoco podemos dejar de respirar espiritualmente y alimentarnos del pan de vida, que es Jesucristo.

PARA EL CAMINO DE LAS VACACIONES

Cuando te vayas de vacaciones no olvides las píldoras
del buen humor, del optimismo y de la tranquilidad. Las vacaciones sin alegría son unos días sin sol.

Admira la belleza de la naturaleza y las realizaciones humanas. Así te será más fácil dar gracias a los demás y a Dios.

Respeta la naturaleza. Tú no eres el primero que la aprovecha, ni tampoco el último! No contamines el medio ambiente!

En la carretera hay señales de tráfico. Lo son para protegerte y proteger a otros. Si las respetas, quiere decir que estimas la vida.

Todo lo que encontrarás en el camino, pertenece a alguien; como te pertenece a ti tu casa y tu jardín. ¿ Verdad que te gusta que los otros te las respeten?

El fin de semana, allá dónde estés, encontrarás siempre otros cristianos que estarán contentos de acogerte para celebrar la Eucaristía contigo. Comparte con ellos tu fe.

Hay quienes hacen vacaciones y quienes no pueden hacerlas. No te olvides de sonreír y ser amable con quien estés, para que tus vacaciones sean más agradables.

Un buen principio para mantenerte relajado: Dicen que cuando nos enfadamos activamos 36 músculos, mientras que para sonreír sólo activamos 13. No gastes energías inútilmente

(Josep Codina y Farrés.
De Nuevas plegarias con ritmo de Evangelio y Vida)