CICLO B DOMINGO DECIMONOVENO DEL AÑO


A JESÚS, LO ENCONTRAMOS PRINCIPALMENTE EN LA EUCARISTÍA

Recordamos que Jesús hizo la multiplicación de los panes y de los peces, y después, en la sinagoga de Cafarnaúm, hizo este gran sermón en que nos habla de la Eucaristía.

Muchas veces hemos preguntado a Jesús quién era, y él nos ha respondido que era el buen Pastor, el Maestro, la vid, etc., y hoy nos dice que es el pan bajado del cielo.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo (Jn 6,51).

Examinemos un poco qué quieren decir estas palabras.

Jesús no viene de la tierra, sino del cielo. Jesús tiene conciencia de que es el Hijo de Dios; después veremos la reacción de los judíos por haber dicho Jesús estas palabras.

En el credo de la Misa empleamos la misma expresión de haber dicho que creemos en Jesucristo: "Y en un solo Señor, Jesucristo, nacido del Padre antes de todos los siglos... El cual por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo".

 Jesús es el gran don de Dios. Es el pan que el Padre nos envía. Dios, de tal modo ha estimado el mundo, que le ha entregado su propio Hijo.

Es el pan que nos hará vivir por siempre jamás, no como el que comieron los padres y murieron. El que come de este pan vivirá eternamente. Quien come de este pan vivirá por siempre jamás (Jn 6,58).

Permitidme que os explique una anécdota. Había un sacerdote que estaba celebrando el funeral de su madre, y cuando estaba predicando empezó a llorar y no podía continuar. Todo el mundo callaba. Un sacerdote concelebrante se le acerca, y le recuerda al oído estas palabras del evangelio de hoy, que tantas veces él había predicado: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; quien come de este pan vivirá eternamente (Jn 6,51). Entonces le preguntó si lo creía. Él respondió que sí; entonces aquel sacerdote continuó la homilía con gran serenidad, recordando que su madre era una mujer que amaba de verdad a Jesucristo y que había comulgado docenas de veces.

 Todos comemos pan para vivir. ¿Podemos decir que quien no come pan no tiene vida por muchos años? Jesús, antes dice que quien coma de este pan vivirá eternamente. Primeramente nos ha dicho que Él es el pan bajado del cielo. Ahora nos dice que este pan nos trae la vida eterna, y también nos dice que este pan es la Eucaristía, la vida del mundo (Jn 6,51). En hebreo, decir la 'carne' o la 'sangre' significa: El pan que Yo daré es mi sangre y mi persona. Jesús nos da su persona en la Eucaristía. Esta última idea, la explica Jesús a continuación, tal y como veremos el próximo domingo.

Delante de esta exposición, fácilmente podemos comprender la reacción de los judíos. Murmuraban de Jesús porque había dicho que era el pan bajado del cielo y se preguntaban: ¿Este no es Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre, y ahora dice que ha bajado del cielo (Jn 6,41,42). Conocemos lo suficiente a su padre y a su madre, ¿qué se piensa El ahora?. ¿Cómo puede decir que ha bajado del cielo? Veían la humanidad de Cristo, pero no sabían ver su divinidad y su misión de ser el Salvador del mundo.

Permitidme un inciso. Jesús era criticado, nos dice el evangelista. No nos extrañe si nosotros también somos criticados, cuando buscamos al Señor o decimos la verdad. ¿Y por qué esta reacción? Porque les faltaba fe, y, como veremos más adelante, muchos se fueron, dejando casi solo a Jesús.

También muchos cristianos que hicieron la primera Comunión han dejado solo al Señor, y su primera Comunión ha sido la última, pero pensamos que el Señor atrae, pero no coacciona, sino que respeta nuestra libertad.

Acabamos diciendo: Señor, aumenta mi fe, que aprecie la Eucaristía que es el pan que lleva hacia la vida eterna.

Que tengáis un buen domingo.