PRIMERO DOMINGO DE CUARESMA - Ciclo C
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La cuaresma es el camino hacia la Pascua.

El miércoles de ceniza empezábamos la cuaresma, tiempo de preparación para la fiesta mayor de todo el año, la Pascua. Las cosas, para que salgan bien, se han de preparar. Cuando queremos irnos de viaje hemos de preparar muchas cosas. El dinero, el coche, etc. ¡Con cuánto más interés hemos de preparar esta gran fiesta de la Pascua! ¿Cómo? Dedicando más tiempo a la oración, a buenas obras, revisando nuestra conducta de cara a Dios, al prójimo y a nosotros mismos.

El Prefacio I de Cuaresma dice: Por él (Cristo) nos concedes a tus hijos anhelar, año tras años, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que, dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterio que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.

Contemplar a Jesús en el desierto

Después de esta pequeña introducción, elevemos nuestra mirada y contemplamos la persona adorable de Jesús. Hoy lo encontramos en lo alto de una montaña haciendo penitencia y dándonos ejemplo para nuestra vida cristiana.

El ejemplo, que quiere darnos Jesús, es que, así como Él resistió a las tres tentaciones nosotros también las podamos superar. Sabemos que la tentación nos vendrá, pero Dios nunca permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas. Dice san Pablo: Dios no permitirá que seáis puestos a prueba por encima de vuestras fuerzas; al contrario, junto a la prueba, os proporcionará fuerzas suficientes para superarlas (1Cor 10,13).

¿Qué es la tentación?

La tentación es una experiencia que el demonio hace en nosotros para ver si caemos. Que existen las tentaciones, es una realidad que todos conocemos por propia experiencia. El mismo Jesucristo nos enseña a orar con el Padre nuestro, para que el Señor no nos deje caer en la tentación. No nos dejes caer en la tentación (Mt 6,13).

El camino de nuestra vida es una lucha constante entre el bien y el mal, sobre todo con nosotros mismos.

Sentir la tentación no es pecado, el pecado consiste en consentir a la tentación.

Del mismo modo que apartamos las moscas que nos molestan, así hemos de retirar las tentaciones. ¿Qué hombre puede decir sinceramente que no es tentado?

Adán y Eva fueron tentados y sucumbieron a la tentación.

Primera tentación

-Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan (Lc 4,3).

La primera tentación de Cristo nos enseña que seremos tentados por las cosas materiales, como si fueran las importantes en nuestra vida. El hombre cuando más tiene, más quiere. Vivimos en una sociedad de consumo. Podríamos pasar de muchas cosas, pero la propaganda y sobre todo la televisión hacen que cada día compremos más y más cosas, muchas veces innecesarias de las que podríamos prescindir.

Segunda tentación

-Te daré todo el poder de estos reinos y su gloria, porque a mí me lo han dado y yo puedo dárselo a quien quiera. Si te postra ante mí, todo será tuyo (Lc 4,6)

La otra tentación es la del poder. Todo esto te daré, si te postras y me adoras. ¿Por qué no hay paz en las familias? Porque todo el mundo quiere tener la razón y en la sociedad pasa el mismo. Si nos fijamos en los políticos, y también en los que no lo son , veremos que, muchas veces los hombres se pelean por el poder.¡Cómo cuesta dejar el poder!

El poder es un monstruo de mil caras, que proporciona al hombre la íntima satisfacción de situarse por encima de los demás, de imponer su criterio, de ser acatado, adulado, obedecido, disculpado y temido. En lo más profundo de nuestro corazón todavía resuena la famosa frase de la Biblia seréis como dioses (Gn 3,5) y la posibilidad de serlo, o al menos de creerlo, nos lo proporciona el poder.

La tentación del poder es una tentación a la que el hombre está inclinado, y hay que superarla.

Naturalmente, el poder no es malo, lo que es malo es la forma de adquirirlo y usarlo. Jesús ha sido la persona que ha tenido más poder, pero se ha servido de él para entregarse a los demás y morir en una cruz para salvarnos.

Tercera tentación

-Si eres hijo de Dios, tírate desde aquí; porque está escrito: Dará órdenes a sus ángeles para que te guarden; te llevarán en brazos y tu pie no tropezará en piedra alguna (Lc 4,9-11).

Tirarse de una manera espectacular delante de la multitud que estaba en el templo, hubiera sido para Jesús un éxito y todo el mundo lo alabaría y reconocería como el Mesías, pero los caminos de Jesús no son de vanagloria sino de humildad, de testimonio, esperanza y fe. Jesús, cuando resucitó victorioso, se presentó con sencillez, como si fuera el hortelano a Maria Magdalena y, con las puertas cerradas, a los Apóstoles.

Así ha de ser en nuestra vida cristiana. No buscar que nos alaben, sino ser testimonios de nuestra fe.

No hagáis el bien para que os vean los hombres, porque entonces vuestro Padre celestial no os recompensará (Mt 6,1).

Finalmente, quería insinuar otra tentación, más propia del tiempo en el que vivimos. La tentación de parecernos natural algo que Dios no aprueba. Nos acostumbramos a ello y luego nos parece normal. Pongamos algunos ejemplos: No ir a misa el domingo; el divorcio; las relaciones prematrimoniales; no facilitar y pedir la enseñanza religiosa en los colegios, porque nadie lo hace; no guardar ni el ayuno ni la abstinencia en cuaresma; no cerrar la televisión cuando ponen cosas inmorales, etc. etc. etc. Parece que, como todo el mundo, o la mayoría, lo hacen, ya se puede hacer, sin tener en cuenta la voluntad del Señor.

Consecuencia práctica

Acabo con las mismas palabras que he empezado. Cuaresma es tiempo de conversión, y tiempo de oración. Os recomiendo la misa los días laborables, el vía crucis; leer y escuchar la palabra de Dios con más atención, leer el evangelio cada día; poner un signo de la cuaresma, por ejemplo un crucifijo en el comedor o la Biblia en un lugar determinado; bendecid la mesa con una oración apropiada; frecuentar el sacramento de la reconciliación, etc.

El labrador, en este tiempo de invierno, poda los árboles, para que den más frutos. Nosotros, en este tiempo de cuaresma, también hemos de que podar nuestras malas inclinaciones, nuestros defectos y pecados, si queremos ser un buen espejo de Cristo, a fin de que nuestra vida cristiana sea un reflejo de la adorable persona de nuestro Maestro y Amigo.

ORACIÓN

Haz, Señor, que en este tiempo de cuaresma

OS DESEO UN BUEN Y AGRADABLE DOMINGO