Ciclo C. Cuarto Domingo de Adviento
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INTRODUCCIÓN

Todo el entorno en el que estamos ahora, no recuerda que la Navidad está muy cerca. ¡Es cierto! Sólo una semana y ¡ya estaremos en la gran fiesta de Navidad!

Seguro que habréis pensado qué comida vais a hacer. Como vemos toda la ciudad está muy iluminada y por todas partes se oyen cantar Villancicos.

Que esta preparación externa nos ayude a prepararnos interiormente, como cristianos, no como paganos paganos.

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DE LA VISITACIÓN

El camino de María

María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel (Lc 1,39). Ella movida por su caridad fue aprisa a casa de su prima Isabel. Pensó en la situación en que se encontraba, siendo que ya era anciana seguro que necesitaría su ayuda. En aquel momento tan importante, no pensó en sí misma, sólo en ayudar a suprima.

El camino era largo, dos o tres días andando, pero no le importó, lo hizo a gusto.

Fácilmente podemos imaginar el saludo de las dos primas: alegría, abrazos, besos y, grandes conversaciones de lo que esperaban las dos.

Palabras de su prima Isabel

Se llenó Isabel del Espíritu Santo, y dijo a voz en grito: -¡Bendita tú, entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (Lc 1,41-42). Estas palabras de Isabel son: Una bendición y una bienaventuranza. Lo hace movida por el Espíritu Santo.

María es ensalzada entre todas las mujeres porque es una mujer de fe y llena de amor y caridad, y por ser la madre de Jesús.

Consecuencia del saludo de María

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre (Lc 1,41). María es portadora de Jesús, esto hace que Juan Bautista salte de alegría en las entrañas de su madre.

Humildad de Isabel y grandeza de María

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? (Lc 1,43)

Isabel llena de alegría, queda atónita ante su prima, pensando que es la madre de su Señor. María reacciona con el cántico del Magníficat: Proclama mi alma la grandeza de Señor (Lc 1,47).

 

Después de esta breve explicación del evangelio, reflexionemos sobre la figura de María.

 

CONTEMPLEMOS LA PERSONA DE MARÍA

Tenemos un buen ejemplo en María, como mujer de la fe. María acepta al mensajero del Señor y su mensaje. ¡Dichosa tú que has creído!, (Lc 1,45) le dice su prima Isabel. María cree al ángel cuando le propone ser madre de Jesús, por obra y gracia del Espíritu Santo. ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? (Lc 1,34). El ángel se lo explica, concebirá por obra del Espíritu Santo, y ella lo acepta.

No lo comprende, pero por la fe, lo acepta.

También acepta y cree que su prima Isabel va a dar a luz un hijo, a pesar de su vejez. Humanamente no es posible tener un hijo a esa edad, pero es la palabra de Dios y ella por su fe lo cree y va a visitarla.

Nosotros tenemos muchos más argumentos para creer pero, muchas veces nuestra fe es floja y hemos de fortalecerla.

María era una mujer de fe. Nosotros, cristianos, hemos de ser hombres y mujeres de fe, como decía el obispo de Vic, Torras i Bages: Aquella fe que funde montañas, llena los valles y allana el camino de la vida.

María sólo hizo una cosa en su vida, creer y fiarse de Dios, y fue muy feliz.

María se fiaba de Dios, por eso:

Creerá que aquel niño, que llora como los demás, es el Hijo de Dios, el Mesías esperado.

Le verá crecer y, cuando tenga doce años, se perderá en el templo de Jerusalén.

Será madre de la Iglesia y madre nuestra y recibirá la felicitación de sus hijos, que la quieren de corazón.

Ahora la podemos contemplar como Reina y Señora de cielos y tierra y, dichosa. Nosotros también lo seremos si confiamos en Dios, como confió María.

 

Nuestra preparación para la gran fiesta de Navidad

Darnos a los demás

Nos hemos de preparar, como María, para darnos a los demás. María, no se quedó en su casa. Sabe que su prima esperaba un hijo y, ella, la madre del Señor, la va a visitar y a servir. ¡Qué ejemplo de caridad nos da la Madre de Dios! No le importa ir a servir. La caridad la estimula.

Llevar a Jesús a los demás

Otra forma de prepararnos para celebrar la Navidad, es llevar a Jesús a los demás. María lleva a Jesús en su vientre, a su prima Isabel. Nosotros hemos de llevar a Jesús a nuestros familiares y amigos. Puede ser que no sea fácil llevar a Jesús a los amigos y familiares. Es cierto que no es fácil, pero también es verdad que la Navidad es una buena ocasión y hemos de aprovechar esta ocasión para realizarlo.

Aprovechad la Navidad para hablar de Dios a vuestros hijos y amigos, que puede ser que estén alejados, o tal vez lo necesitan y no lo reconocen.

Antes de terminar os quería poner el ejemplo del mismo Jesús. Jesús viene al mundo para hacer la voluntad de su Padre. Lo hemos escuchado en la segunda lectura. Toda la vida de Jesús es buscar y hacer la voluntad de Dios y de fiarse de El.

Petición

Os ruego que hagáis una buena confesión. Durante estos días se acostumbra a celebrar confesiones comunitarias en nuestras parroquias, aprovechad para hacer una buena confesión como preparación para la Navidad.

Anécdota

Finalmente o quiero contar una anécdota que me ocurrió hace muchos años. Era una familia, muy conocida a la que visitaba frecuentemente, cuando yo era joven. Esta familia tenía un niño. Un día que el niño estaba en el jardín jugando con la tierra, al verme entrar vino corriendo y se agarró a mi sotana. (En aquel tiempo yo llevaba sotana, como todos los curas). Su madre al verlo le gritó: No toques a Mosen Joan que le ensuciarás la sotana con las manos sucias.

Yo también os digo ahora, no toquéis al Niño Jesús con vuestro corazón sucio.

¡Dichosa tu porque has creído! María es la mujer más feliz, no hay ninguna que sea tan feliz como ella, tan extraordinaria, tan maravillosa, tan asequible, tan heroica, y todo porque creyó hasta el final de su vida, su fe hizo posible la redención y salvación de todos los hombres. ¡Gracias María!

¡Señor aumenta mi fe y enséñame a darme a mis hermanos!

¡Señor que esté siempre dispuesto a hacer tu voluntad!

Que paséis un buen día, os recuerdo que pongáis un belén en vuestra casa, si todavía no lo habéis puesto.