DOMINGO QUINTO - Ciclo C
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Tiempo durante el año

Image172_p.gif (28120 bytes)El comentario del Evangelio de hoy versará sobre el lugar donde Jesús predicaba, con los siguientes apartados:

_la pesca milagrosa,

_ personalidad de Pedro y,

_comentario sobre las palabras de Pedro: Apártate de mí, Señor, que soy un pecador (Lc 5,8).

El lugar en el que hablaba Jesús

Jesús hablaba desde una barca, la de Pedro, en el lago de Genesaret y se sentó y estuvo enseñando a la gente desde la barca (Lc 5,3). Jesús desde la barca, con voz potente, se dirigía a la multitud que se agolpaba para oír la palabra de Dios (Lc 5,1).

Jesús pide a Pedro que reme mar adentro

Cuando Jesús acabó de hablar dijo a Simón: Rema lago adentro y echad vuestras redes para pescar (Lc, 5,4). Pedro le contestó y le dijo que habían pasado toda la noche intentando pecar y que no habían pescado nada, pese a esto echó las redes para pescar. Maestro, hemos estado toda la noche faenando sin pescar nada, pero puesto que tú lo dices, echaré las redes. (Lc 5,5). Pedro es un hombre que sabe dialogar y expuso a Jesús que era muy difícil pescar, puesto que habían pasado toda la noche probándolo y no habían pescado nada, pero confió en la palabra de Jesús y lo hizo, echó las redes.

La pesca milagrosa

Capturaron una gran cantidad de peces. Como las redes se rompían, hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que vinieran a ayudarlo. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían (Lc 5,6).

Personalidad del apóstol Pedro

Miremos un poco la vida de Pedro. Lo vemos al lado de Juan Bautista. El había oído hablar de Juan el Bautista, por eso dejó Cafarnaún y se fue a escuchar a Juan que predicaba un bautismo de penitencia.

Cuando su hermano Andrés, le habló de Jesús no dudó en seguirlo. Dejó muchas cosas.

Se hizo discípulo de Jesús y se dispuso a acompañarle dónde hiciera falta, porque había descubierto en Jesús un gran personaje, y le traía. Era una auténtica llamada de Dios, su palabra le enamoraba: Era el amor. Siguió a Jesús a toda su vida, dio su vida por Él y fue la piedra fundamental de la Iglesia y el primer papa.

Comentario a las palabras de Pedro

"Apártate de mí, Señor, que soy un pecador"

San Pedro dijo a Jesús: "Apártate de mí que soy un pecador", después de haber visto la pesca milagrosa que nos relata el evangelio de hoy.

Pregunto: ¿Era verdad que Pedro era un pecador? Y, si no era verdad ¿por qué lo dice?

Pedro no era un gran pecador, todo lo contrario, era un hombre abnegado que seguía a Jesús. Un hombre, como muchos de nosotros, con sus flaquezas, pero con muy buena voluntad para seguir a Jesús.

A pesar de esto dijo que era pecador. ¿Mentía Pedro? No, hermanos y hermanas que me escucháis, Pedro no mentía.

Pedro, a medida que iba descubriendo la personalidad de Jesús, a quien quería seguir, descubría también la fuerza y la presencia de Dios que estaba en Jesús, y al mismo tiempo también se iba haciendo consciente de su debilidad e imperfección.

Pongamos un ejemplo. Un estudiante de dibujo, cuando ve la habilidad y la destreza de su maestro, reconoce, sin que nadie se lo diga, su inexperiencia, ve que le falta mucho para saber lo que sabe su maestro y se esfuerza en conseguirlo.

Pedro se da cuenta de la gran distancia que hay entre su fidelidad y la de Jesús, su amor y el de Jesús, su entrega y la de Jesús. Pedro se reconoce muy imperfecto y su reconocimiento le hace distanciarse de Jesús, le hace caer de hinojos y decir: "Señor, apártate de mi que soy un pecador".

Simón Pedro no era un gran pecador, veía lo lejos que estaba del modelo que tenía delante, Jesús.

Reacción de Jesús

¿Cuál fue la reacción de Jesús? Jesús conocía sus muchas debilidades e infidelidades, pudo decirle a Pedro y a nosotros mismos: "Amigo Pedro, ya sé que eres un pecador, pero no debes tener miedo por esto. A ti, con tu pecado y debilidad, te encomiendo llevar la buena nueva de esperanza y de amor a los hombres y mujeres de tantos lugares como puedas. Llevar la buena nueva es los más valioso, es lo que deseo, y sólo lo puedes hacer tú y los que se reconocen pequeños y pecadores como tú".

Jesús, ante la confesión de Pedro, reacciona de este modo. No tengas miedo, desde ahora serás pescador de hombres (Lc 5,10). Pedro fue un pescador de hombres y mujeres, y todavía sigue "pescando" con su ejemplo y en sus cartas.

Aplicación práctica

Pedro nos invita hoy a caer de hinojos y decir al Señor:Aunque soy un pecador -No te apartes de mí, Señor.

¿Quién puede decir que no es pecador? ¿Quién puede echar la primera piedra?

Pensemos seriamente en lo hacemos y lo que Jesús hizo, cómo vivimos y cómo vivió Jesús, nuestro modelo. Realmente hay una gran distancia. Nos hace falta, de vez en cuando, pararnos a repasar nuestra vida y descubrir que, en realidad, nos falta mucha fe, esperanza, generosidad y un gran amor hacia los hermanos, como miembres de la Iglesia. Tenemos que hacer un repaso de nuestra conducta delante de Jesús y acercarnos a pedirle perdón, como miembros de la iglesia, en la celebración del sacramento de la reconciliación, de vez en cuando y, especialmente, en tiempo de adviento y cuaresma, para recibir la gracia de los sacramentos y purificarnos.

Cuando dijo Jesús a Pedro, que fuera pescador de hombres, también nos lo dice a nosotros. A cada uno de nosotros, que somos pecadores y débiles, nos pide que seamos sus mensajeros, sus continuadores, sus apóstoles.

Lo que hicieron Pedro y sus compañeros, Santiago y Juan, que lo dejaron todo y se fueron con él (Lc 5,11), también nos los pide a nosotros, que dejamos muchas cosas y que le seguimos y que no lo abandonamos nunca.

Consecuencia práctica

Para tener las fuerzas necesarias para seguirle, Jesús nos invita a la mesa de la eucaristía y nos envía a llevar a todo el mundo la buena nueva.

En último extremo, esta es nuestra misión, nuestro camino como cristianos. Un camino de personas pecadoras, que se esfuerzan por mejorar y ser cada día más fieles al mensaje de Jesús, un camino también de personas queridas y llamadas por Jesús a ser testigos gozosos de su resurrección.

ORACIÓN

Señor, pese a nuestra pequeñez y debilidad, te fías de nosotros, y nos encomiendas anunciar a todo el mundo tu mensaje de amor.

¡GRACIAS, SEÑOR!

QUE PASÉIS UN BUEN DOMINGO Y UNA BUENA SEMANA