DOMINGO NOVENO DURANTE EL AÑO - Ciclo C
LA RIQUEZA DE LA IGLESIA SON LAS PERSONAS
(sólo texto, para imprimir)

Autor: William HoleComposición de lugar

Fácilmente podamos hacernos una composición de lugar después de haber escuchado atentamente el evangelio de hoy.

Jesús acompañado de muchas personas, que habían escuchado sus palabras, entró en Cafarnaúm y fue a casa de Pedro.

En Cafarnaúm vivía un centurión que tenía un criado enfermo, al que quería mucho (Lc 7,1-3), pero estaba a punto de morir. Vio que ya no había nada que hacer.

Este centurión había oído hablar de Jesús y pensó que tal vez él sí podía hacer algo por su querido criado, así que envió a unos ancianos de la comunidad judía, no paganos como era él, para pedirle que curara a su criado.

No fue él mismo a buscar a Jesús, sino que envió a unos ancianos del pueblo judío, personas de su confianza, para pedirle que curara a su criado. Le pedió que fuese, pero más tarde dijo que no era digno de que Jesús entrara en su casa.

Los ancianos se lo pidieron a Jesús con mucho interés, diciéndole: Haz lo que te pide porque este centurión es amigo del pueblo y nos ha construido la sinagoga. Aunque no era judío y estaba a las órdenes de los romanos que ocupaban Palestina aquel tiempo, era amigo del pueblo judío y no había tenido escrúpulos para construir una sinagoga.

¡Qué ejemplo de fraternidad nos da este centurión!

Cuando el centurión se enteró que Jesús iba hacia su casa, envió a sus amigos para decirle: -Señor, no te molestes. Le trata de Señor. Yo no soy digno de que entres en mi casa, por eso no me he atrevido a presentarme a ti; pero basta una palabra tuya, para que mi criado quede curado (Lc 7,6-7).

El centurión nos explica porqué le ruega que no vaya a su casa. Porque yo, que no soy más que un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a uno: "Vete", y va; y a otro "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace. La explicación es evidente, si él pide que se haga una cosa y se hace, también el Señor, puede pedir a la enfermedad que se vaya y se irá. Ya sabemos el resultado. Jesús no va y el criado queda curado.

Cómo actuaba Jesús

Generalmente Jesús alarga la mano a la persona que quiere curar y lo toca, como vemos en la curación del ciego, que hace saliva y le toca los ojos (Mc 8,22-26), en este caso, Jesús no tenía necesidad de ir a casa del centurión y tocar al enfermo, lo quiso hacer a distancia y lo hace por la fe del centurión. Por eso dice el evangelista que: Al volver a casa, los enviados encontraron sano al criado (Lc 7,10).

Personalidad del centurión

Vemos en el centurión un conjunto de valores, humanos-religiosos, que son un buen camino para aceptar a Jesucristo.

Es militar, ejerce y tiene autoridad.

Un hombre que quiere a su criado. No se trata de un hijo, sino de un criado, y nos dice el evangelio que lo quería mucho.

Hace lo posible para curarlo.

No es judío, sino pagano.

Amigo del pueblo.

Ha edificado una sinagoga para los judíos.

Es una persona humilde.

Es una persona de fe.

Tiene mucha humildad.

Su humildad se demuestra cuando dice que no es digno de que Jesús entre en su casa, y su fe cuando cree que Jesús puede curar al criado desde donde está.

9anyb.GIF (71491 bytes)Actitud de Jesús

Jesús escucha el ruego que le hacen los ancianos de la comunidad judía y les acompaña para ir a casa del Centurión. Jesús siempre escuchaba a las personas y cuando creen, les hace el favor que le piden.

Jesús deja otras cosas que tendría que hacer y les dice: Vamos a su casa. ¡Qué ejemplo nos da Jesús por escuchar y estar dispuesto a darse a los demás!

Admira la fe del centurión y dice que en Israel no ha encontrado tanta fe como en aquel hombre, que no era judío sino pagano, pero que amaba mucho a los demás, y le concede lo que pedía sin moverse del lugar donde estaba.

Al ver la fe de aquel centurión y al oír sus palabras, Jesús lo admiró y volviéndose hacia la gente que lo seguía dijo: -Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande (Lc 7,9).

Consecuencia para nuestra vida cristiana

Jesús no se mueve, hace el milagro desde lejos.

Aquellos que se han beneficiado ni lo han visto.

Tendríamos que ser conscientes de que esta clase de curaciones Jesús las continúa haciendo actualmente. Nuestros ojos humanos, quizás, no las ven. Pero Él nunca niega su ayuda cuando se la pedimos confiadamente.

Para vivir necesitamos fe

Humanamente

La fe en las personas que nos rodean es vital para nuestra existencia.

Es fundamental que el marido tenga fe en su esposa, y ella en él, que los padres crean en los hijos y que estos confíen en sus padres, que el amigo confíe en la amistad de la persona que ama. Cuando falta esta fe humana desaparece el amor en la familia. Cuando se pierde la fe en alguna persona podemos decir que todo se acaba.

Cristianamente

La fe es la primera virtud teologal, por la cual, sin ver, creemos en lo que Dios nos ha revelado.

Si nosotros estamos hoy en este templo, es porque queremos, puesto que nadie nos obliga, es porque tenemos fe.

La fe, como dice el catecismo de la Iglesia Católica, es una adhesión personal del hombre con Dios y del asentimiento libre a toda verdad revelada por Dios (Cat nº 151).

Cuando nos acercamos a comulgar nos adherimos sacramentalmente con la persona adorable de Jesús y, al mismo tiempo, hacemos un acto de fe en su presencia.

Las mismas palabras que dijo el centurión son las que nosotros repetimos antes de ir a comulgar.

Jesús podía curar a distancia, también puede estar presente bajo los accidentes del pan y del vino porque es Dios. El milagro más grande que ha hecho Jesús es quedarse entre nosotros en el Santísimo Sacramento.

ORACIÓN

Señor te pedimos que:

Puedas hacer el elogio de nuestra fe,

como lo hiciste con la fe del centurión.

Que sepamos imitar su fe, su sencillez, su amor y su disponibilidad,

para poder nosotros también ayudar a los hermanos.

¡Señor, aumenta mi fe!

QUE PASÉIS UN BUEN DOMINGO