FESTIVIDAD DE CRISTO REY

Acabamos hoy el año litúrgico. El próximo domingo será el primero de Adviento. Os he dicho muchas veces que a Jesús lo podemos mirar bajo muchos aspectos, y hoy lo vamos a ver como Rey y Señor.

Ya estamos acostumbrados a ver a Jesús como a un Rey.

Los evangelistas nos presentan muchas veces a Jesús como a un Rey:

 Los reyes magos buscan a Jesús como al Rey de los judíos (Mt 2,2).

 Jesús, ante Pilatos, se declara Rey (Mt 27,11).

La inscripción que ponen sobre la cruz es: Este es Jesús, el Rey de los judíos (Mt 27,37).

El buen ladrón le pide que se acuerde de él cuando esté en su reino (Lc 23,42-43).

 Jesús promete a sus apóstoles su reino (Lc 22,29).

 Cuando el ángel se aparece a María, le dice que el fruto de su vientre será el Hijo del Altísimo y que su reino no tendrá fin (Lc 1,33).

 JESÚS ES REY POR SER EL HIJO DE DIOS

 Entendemos la palabra rey como Señor de todas las cosas.

 El salmista dice: Tu eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Pídemelo, y te daré en herencia las naciones, hasta los confines del mundo.

 En la carta a los Hebreos está escrito que Dios ha constituido a Jesús heredero de todas las cosas: A quien constituyó heredero de todas las cosas (Heb 1,2).

 Jesús como hijo de Dios, procede del Padre, que es Señor de todo el universo.

 JESÚS ES REY PORQUE NOS HA REDIMIDO

 Jesús es Rey porque nos ha redimido, y nos ha arrancado del poder de las tinieblas.

 San Pedro nos dice que no hemos estado rescatados con plata ni oro, sino con la sangre de Jesucristo. También escribe: y nos será concedida la entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y salvador Jesucristo (1Pe 1,18-19).

Este Rey, Jesucristo, vendrá al final de los tiempos a juzgar a los vivos y muertos con gran solemnidad. Dice el evangelista: Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda (Mt 25,31-32).

En esta separación estaremos todos nosotros. ¿En qué lado estaremos?

 En la tarde del Juicio final, o separación definitiva, no contará la tribu, ni la raza, ni la institución, ni ser rico o pobre, sino la respuesta personal de cada uno a la ley divino-humana impresa en el fondo de la conciencia.

 El día de Juicio final será como un examen. El estudiante no sabe qué le preguntará el profesor. Nosotros, sí que lo sabemos.

 Jesús dice: Vosotros, cuando yo tenía hambre, me disteis de comer,

tuve sed, y me disteis de beber,

era forastero, me acogisteis,

estuve desnudo, y me vestisteis,

enfermo, y me visitasteis,

en la cárcel, y vinisteis a verme....

Cada vez que lo hicisteis con uno de mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. (Mt 25,37-40).

Jesús conoce como suyos a los que le han reconocido en estos hermanos: los pobres, los humildes, los necesitados. Fijaos bien que dice "sus hermanos". Cuando ayudo a un pobre, sea material o espiritualmente, lo hago como si ayudase a mismo Jesucristo.

San Juan de la Cruz dice: En el ocaso de nuestra vida nos juzgará sobre el amor.

Antes de acabar permitidme que haga una traducción, una concreción de las palabras del Señor Jesús para nosotros, en nuestros días.

La palabra de Dios hemos de aplicarla en nuestra vida.

Jesús dice: Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt 25,34).

Qué nos pueda decir Jesús: Venid, benditos de mi Padre, porque mi país estaba en guerra y no os desentendisteis de nuestra tragedia, y nos ayudasteis; era gitano y no me rechazasteis; era drogadicta y me aceptasteis; estaba sin trabajo y me ayudasteis a encontrarlo o crea puestos de trabajo; salía de la prisión y me recibisteis; era disminuido físico y me ayudasteis, o era viejo y comprendisteis mis rarezas y soledad.

Roguemos al Señor con fe, que venga su reino, como dice el Padrenuestro.

Vayamos a comulgar para encontrar a Jesús. Preguntémonos, si también lo sabemos encontrar en los hermanos de Jesús, que somos todo nosotros.

Que paséis un buen día de la fiesta de Cristo Rey.