SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO


INTRODUCCIÓN

Celebramos, hoy, al acabar el año litúrgico, la fiesta de Cristo Rey. Es una de las fiestas más importantes del año. Durante todo el año hemos contemplado diferentes facetas de Jesús: maestro, señor, amigo, Hijo de Dios, etc. Ahora, al finalizar el año, la Iglesia quiere que nos quedemos con la viva imagen de Jesús como Rey.

Fácilmente podemos hacernos una composición de lugar del evangelio, que ahora hemos escuchado.

Condenación de Jesús

Jesús, después de ser condenado a muerte por los grandes sacerdotes del pueblo judío, es presentado delante de Poncio Pilato, para que éste confirme su sentencia de muerte, puesto que ellos no la podían cumplir sin el consentimiento del procurador de Roma, en este caso de Poncio Pilato.

Los sacerdotes le habían condenado a muerte porque Jesús se presentaba como Hijo de Dios, el Mesías, y el destructor del templo de Jerusalén. Delante de Pilato, la acusación que presentan es que va contra Roma, que quiere hacerse rey y que levanta las multitudes.

La acusación delante del Sanedrín es religiosa, quiere hacerse el Mesías, Dios. Delante de Pilato es política: quiere hacerse rey, va contra el César.

Jesús, atado y solo, es interrogado por Pilato, si Él es verdaderamente Rey. La respuesta de Jesús es clara: Yo soy Rey, para esto he venido al mundo, para ser Rey, pero mi reinado no es de este mundo (Jn18,35-37).

Jesús, ante el Sanedrín, afirma que es Dios y delante de Pilato, que es rey. No esconde la verdad, por esto es condenado a muerte.

Detalles de la condenación de Jesús

Jesús ante el Sanedrín

Judas señaló, en el huerto de los Olivos, quien era Jesús; entonces lo cogieron y lo llevaron a casa de Caifás, que aquel año era el gran sacerdote. Este reunió al Sanedrín; buscaban un argumento para condenar a Jesús. Entonces se levantaron dos testigos que le acusaron de querer destruir el templo, pero Jesús callaba. Finalmente, Caifás se levantó y le dijo: "Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios". Jesús le responde: "Tú lo has dicho. Os aseguro, en adelante veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo". Entonces el gran sacerdote se rasgó los vestidos, exclamando: " ¡Ha blasfemado! ¿Para qué queremos más testigos? Ahora mismo acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece?" Ellos respondieron: " Reo es de muerte" (Mt 26,62-66).

Cuatro veces, Pilato intenta soltar a Jesús

Pilato dijo a los grandes sacerdotes y a la gente: "No encuentro nada en este hombre para poderlo inculpar (Lc 23.4).

Después: "Me habéis presentado este hombre como alborotador del pueblo. Yo he procedido a interrogarlo ante vosotros y no he encontrado nada en vuestras acusaciones para poderlo inculpar (Lc 23,14).

Pilato volvió a hablar con el deseo de dejarlo libre (Lc 23,20).

Insistiendo les dijo por tercera vez: "Yo no he encontrado nada que merezca la pena de muerte. Lo haré azotar para escarmentarlo y lo dejaré libre (Lc 23,22).

Títulos de Jesús para declararse rey

¿Jesús, cuáles son tus títulos, para que nosotros podamos creer que tú eres nuestro Rey?

Jesús es rey porqué es:

1. Dios.

San Pablo escribe a los colosenses:

Él es imagen de Dios invisible, engendrado antes de toda la creación, puesto que Dios ha creado todas las cosas por Él, tanto las del cielo como las de la tierra... Dios ha creado todo el universo por Él y le ha destinado a Él (Col 1,15-17).

Jesús es rey, porque es nuestro Dios. Junto con el Padre y el Espíritu Santo, es el creador de todas las cosas, visibles e invisibles.

2. Hijo de Dios.

Jesús es rey porque es el Hijo de Dios. El Padre le ha dado por herencia el mundo, como nos explica la carta a los Hebreos: Ocupa un sitio superior a los ángeles y posee en herencia un nombre mucho más excelente que ellos. Hecho tanto mayor que los ángeles cuanto heredó un nombre más excelente que ellos (Heb 1,2-5).

3. Redentor.

Por su sangre, Hemos obtenido la redención y el perdón de nuestros pecados. En cuanto tenemos la redención por la virtud de su sangre (Ef 1,7).

Y, finalmente, Jesús es rey, porque nos ha redimido, muriendo en una cruz. San Pedro nos dice que hemos sido redimidos no con oro o plata, sino con la sangre de Jesucristo: Sabéis que habéis sido redimidos... no con nada corruptible, como la plata o el oro, sino con la sangre preciosa de Jesucristo (1Pe 1,18-19).

Mensaje de nuestro Rey

¿Cuál es el mensaje de Jesús como Rey?

El mensaje de Jesús como Rey es el mensaje de las bienaventuranzas. Bienaventurados los pobres, los que lloran, los humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, los compasivos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos de ellos es el Reino del cielo (Mt 5,3-10).

El Reino de Cristo

¿Cómo es su Reino? Como nos dice el prefacio, es un Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz.

Consecuencia práctica

Jesús es nuestro Rey, y nosotros hemos de establecer su Reino entre los hombres.

Nuestra misión es la misma de Jesús: poner la verdad dónde haya mentira, vida dónde haya muerte, santidad dónde haya corrupción, justicia dónde haya injusticia, paz dónde haya discordia.

Como nos enseña san Francisco de Asís.

Haz de mi, instrumento de tu paz.
Donde haya odio, que yo ponga amor.
Donde haya ofensa, que yo ponga perdón.
Donde haya duda, que yo ponga fe.
Donde haya tinieblas, que yo ponga luz.
Que no busque tanto el ser consolado
como consolar.
Que no busque tanto el ser perdonado,
como perdonar.

No es fácil nuestra misión, pero todo lo puedo en Aquel que me conforta, como decía san Pablo.

DIVERSIDAD DE OPINIONES EN LAS COSAS TEMPORALES, ENTRE LOS CRISTIANOS

Hace falta tener presente que la Iglesia no impone a los cristianos comprometidos en la acción temporal, ninguna opinión en esta materia; pero les recuerda el deber de hacerse una opinión según la luz de la fe.

La diversidad de opciones y de opiniones es legítima, por parte de los creyentes en los problemas temporales, sociales y políticos. La experiencia nos demuestra que hay cristianos en diferentes partidos, pero, como recordaba el Papa Pablo VI, sus opiniones no podrán nunca partir de sistemas ideológicos que se oponen radicalmente, o en los puntos esenciales, a su fe o a su concepción del hombre.

El mundo está mal porqué los hombres no quieren reconocer a Jesús como rey. La persona de Jesús, y su mensaje de paz y de amor, es el único que puede arreglar este mundo tan desquiciado.

Nuestra tarea es hacerlo conocer y luchar para que su reino venga a nosotros, de verdad, como decimos tantas veces en la oración del Padre nuestro, que Jesús mismo nos enseñó: Venga a nosotros tu Reino (Mt 6,10).

Que paséis un buen domingo de Cristo Rey.