Conmemoración de
Todos los Fieles Difuntos
(sólo
texto, para
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Antífona:
Esperamos un Salvador, Jesucristo, Señor,
que transformará nuestro propio cuerpo
para configurarlo a su cuerpo glorioso
(Fl 3,20-21).
Hermanos y hermanas
Ayer contemplábamos la Iglesia en la glorificación de
todos los santos, hoy, nos reunimos para rogar por los difuntos, especialmente
por nuestros familiares, que han muerto en la esperanza de la vida eterna.
Existencia de la muerte.
No hace falta demostrar la existencia de la muerte porque es algo evidente.
Nuestros pueblos tienen el cementerio y los periódicos de cada día anuncian la
muerte en sus esquelas.
La muerte es un misterio y el hombre no se equivoca cuando se resiste a aceptar
la ruina total y el adiós definitivo de
la semilla de eternidad que Dios ha sembrado en su corazón, se resiste y se levanta contra la muerte para siempre.
Los científicos se han esforzado en luchar contra la muerte y han conseguido
que la vida del hombre se alargara, pero no han podido vencer la muerte.
Enseñanza de la Iglesia.
La Iglesia guiada por la revelación enseña que el hombre ha sido creado para
ser feliz eternamente en la presencia de
Dios y que la muerte entró en el mundo como consecuencia del pecado. Dios no
creó la muerte.
Jesucristo muriendo en la cruz ha vencido la muerte y su mensaje es de vida.
Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque
muera, vivirá (Jn 11,25). Estas palabras del maestro responden al interrogante sobre el destino del hombre y la
posibilidad de encontrar a aquellas personas que nos han precedido en su
muerte.
“ La resurrección de Lázaro
Juan 11,17-27
"Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera,
vivirá".
Son palabras de Jesús que nos llenan de esperanza. Nos hacen ver que ni la
tristeza, ni el dolor, ni la muerte, tendrán nunca la última palabra en
nosotros: al final, ganará la vida.
Todos nosotros estamos bautizados, es decir, todos hemos sido incorporados íntimamente
a Cristo. Si Él pasó por la muerte, también moriremos nosotros. Pero, como Él
también un día resucitaremos y nos reencontraremos con las personas que hemos
amado y que ya están al lado suyo para siempre.
R — . ¿ Vivimos de acuerdo con esta esperanza?
Nuestra vida no es absurda. Nosotros no vamos atrás, sino adelante. No vamos
hacia la destrucción. sino hacia la Vida.
Si obramos como Jesús, amando y haciendo el bien, nos vamos identificando cada
vez más con Él, que es la Resurrección y la Vida. Cuando lleguemos al término
de nuestro andar por este mundo, no nos encontraremos con el vacío, con la
nada, sino con los brazos de Dios que nos acogerá como Padre porque verá en
nosotros a otro Jesús
R — . ¿ Vivo como un nuevo Jesús?
"Señor, si hubierais estado aquí, mi
hermano no se habría muerto"(Jn 11,32)..
Son palabras de Marta, que está triste porque pasa la misma experiencia que
pasamos nosotros cuando perdemos a una persona que hemos conocido de cerca.
Persona que entonces, empezamos a mirar con otros ojos. Constatamos que, aunque
tuvieran defectos, lo bueno que tenía era muy superior y compensaba con creces.
Nos damos cuenta del vacío que nos ha dejado, del
tesoro que hemos perdido y que quizás no habíamos valorado bastante cuando
todavía estaba cerca de nuestros.
Si esto nos ha pasado tantas veces, que no
descubrimos el auténtico valor de una
persona hasta que nos ha dejado, deberíamos ser conscientes de que nos podría
estar pasando ahora lo mismo con las personas que nos rodean, que quizás no las
valoramos lo suficiente.
Vale la pena que aprendamos a dar gracias a Dios porque todavía nos las
conserva a nuestro lado. Hagámosles sentir que las valoramos, que las amamos.
No esperemos a hacerlo cuando se hayan ido. Sería
una lástima.
"Todo el que vive y cree en mí,
no morirá para siempre.”.
¿Lo crees esto?".
La pregunta directa que Jesús hace también la hace para nosotros. Digámosle que sí que nos lo
creemos, y procuremos vivir de acuerdo con esta fe.
Porque, si creemos que traemos dentro la fuerza de este Jesús que es la
Resurrección y la Vida, ya ahora, en este mundo, comenzaremos a resucitar.
Nosotros, constantemente sufrimos "muertes" en forma de tristeza,
desaliento, decepciones, infidelidades...
Pero, gracias a Jesús, podemos levantarnos cada vez; cada día podemos resucitar
y empezar de nuevo.
Toda nuestra vida debe ser un seguido de resurrecciones que nos vayan
preparando para la resurrección definitiva: la que Cristo ha ganado para todos
quienes creen en Él ”.( El pan de la palabra de Lluís
Armengol S. J..)
Sobre el purgatorio
La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es
totalmente diferente del castigo de los condenados.
La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe sobre el Purgatorio principalmente
en los Concilios de Florencia y de Trento. La tradición
de la Iglesia hace referencia a ciertos textos de la Escritura, que hablan de un fuego purificador.
Esta enseñanza se basa también en la práctica de la plegaria por los difuntos,
de la cual ya habla la sagrada Escritura: Judas Macabeo hizo entre
sus hombres una colecta, recogió dos mil monedas de plata y las envió a
Jerusalén para ofrecer un sacrificio de expiación por el pecado de los hombres
que habían muerto en la batalla. Era un gesto bueno y noble, inspirado por lal esperanza de la resurrección (2 Mac 12,46).
:Por esta razón Judas Macabeo encarga el
sacrificio expiatorio por los muertos, para que fueran liberados de su pecado.
Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y
ha ofrecido sufragios por ellos, particularmente, el sacrificio de la
Eucaristía, para que purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La
Iglesia recomienda también las limosnas, las indulgencias y las obras de
penitencia en favor de los difuntos:
Plegaria
Señor, que vuestro perdón continúe purificando a aquellos que ya lavaste con el
agua bautismal.