La Virgen
de Fátima
(sólo texto,
para imprimir)
(Del libro “Dios y el mundo de Joseph Ratzinger. Una conversación con Peter Seewald. Opiniones de Benedicto XVI sobre los grandes temas de hoy. pp 289-293.)
María es
la puerta abierta a Dios. Al hablar con ella se puede tener esa ingenuidad, se
puede acudir con esos ruegos y confianza infantiles que muchas veces la gente
no se atreve a manifestar ante el mismo Cristo. Es el lenguaje del corazón. Que
se manifieste en esa red de santuarios muestra por partida doble cómo afecta
esto al corazón humano. Es la fe, de la que Cristo nos dice que mueve montañas.
¿Milagros
en sentido técnico?
Hasta qué
punto suceden realmente milagros en sentido técnico, es otra cuestión. Lo
importante es que existe gran confianza y que esta confianza también encuentra
respuesta. Esta confianza aviva tanto la fe que llega hasta lo físico, hasta lo
cotidiano, y hace que la mano bondadosa de Dios se torne real gracias al poder
bondadoso de esa madre.
Hablemos de Fátima
Hablemos
de Fátima: El papa Juan Pablo II beatificó el 13 de mayo de 2000 a los niños
videntes de Fátima. Él mismo atribuye su supervivencia en el atentado de la
plaza de san Pedro, acaecido el 13 de mayo de 1981, a un milagro de la Virgen
de Fátima. Y afirma incluso que ese encuentro ha ejercido una notable
influencia en su pontificado.
¿Qué
sucedió? A mediodía del 13 de mayo de 1917,tres niños pastores -Lucía (diez
años) y sus hermanos ]Jacinta (siete) y Francisco (nueve)- vivieron una
experiencia notable en un pueblo portugués totalmente desconocido hasta
entonces. Sobre una encina apareció una luz brillante, dijeron, que rodeaba a
una "mujer hermosísima". "No temáis", dijo ella, iba a
anunciar un mensaje que traería la paz a los hombres. Al principio, los niños
sufrieron burlas i escarnios por esta historia. Pero el 13 de octubre de ese
mismo año, unas setenta mil personas se congregaron para ser testigos oculares de la autenticidad de
dichos mensajes.
Según los
informes, el espectáculo comenzó a mediodía. De repente cesó de llover. Las
nubes se abrieron y de improviso el sol comenzó a girar a enorme velocidad
alrededor de si mismo como un girándula. Árboles y personas se vieron sumergidos
de pronto en una luz fantástica. La multitud profirió un grito de horror.
Porque por un breve momento pareció como si el sol fuera a precipitarse sobre
ellos.
No podemos
precisar lo que, analizado desde un punto de vista puramente científico, sucedió
o no sucedió aquel 13 de octubre. Lo importante es que las personas quedaron
visiblemente afectadas por la singularidad del momento. Pudieron percibir que
allí había algo. Y, en cierto modo, el sol se convirtió para ellos en la prueba
del misterio que subyacía al suceso.
El
Apocalipsis habla de la mujer vestida con el sol y situada sobre la luna. Con
ello se alude en primer lugar al pueblo de Dios en la antigua y en la nueva
alianza, pero también de manera especial a María. El sol del que va vestida
simboliza a Cristo, la auténtica luz del mundo. Expresa, por tanto, su radical
vinculación a Cristo. Ella tiene la luna -símbolo de lo efímero- a sus pies. En
esta imagen primero se hace visible una grandeza que puede producirnos temor, pero
que después despliega un poder consolador. Y la gente que peregrina a Fátima, o
a Lourdes, o a Guadalupe, experimenta tanto esa grandeza como el consuelo y
poder curativo que emanan.
El secreto
de Fátima
Creo que
no podemos hablar de Fátima sin abordar el famoso "secreto de
Fátima". Me refiero a los mensajes que los niños videntes recibieron en
1917. El primer "secreto" es la visión del infierno: "Vosotros
habéis visto el infierno, al que van muchos pobres pecadores". El
segundo es una predicción del final de la primera guerra mundial, a la que, "si
no se cesa de ofender al Señor", seguiría una nueva guerra, "todavía
peor". Incluye también una predicción de la conversión de Rusia. Pero
Juan Pablo II fue el primero que expresó esa conversión al consagrar Rusia a
María; un año más tarde Gorbachov iniciaba su perestroika, y diez años después
caía el telón de acero.
Tercer
secreto
Sobre el
tercer secreto se ha especulado durante décadas, diciendo, por ejemplo, que
predecía el apocalipsis o, al menos, el ocaso de la Iglesia. Se decía que ese
mensaje sólo estaba destinado a cada Papa en persona, razón por la cual no se
hacía público. En su tercera visita a Fátima, el propio Papa desveló el
secreto. Por encargo del Pontífice, el cardenal Sodano esbozó brevemente su
contenido y explicó que la visión de los niños de "un obispo vestido de
blanco, herido por disparos, cayendo muerto al suelo" predecía el atentado
contra Juan Pablo II.
El mensaje
En el
fondo, el mensaje de Fátima no es muy complicado, al contrario. Los tres niños
videntes lo formularon así: "¡Yo soy la querida señora del rosario!...
He venido para que los seres humanos se corrijan. Tienen que dejar de ofender
al Señor".
De
hecho,
el mensaje mismo es muy sencillo. Y Lucía, la única superviviente de los niños
videntes, ha valorado cada vez más esa sencillez diciendo que no se preste
atención a las demás cosas que se dicen, que en realidad sólo se trata de fe,
esperanza y amor. Yo también logré hablar brevemente con ella. Y lo repitió con
mucha insistencia: "¡Cuénteselo a la gente!".
Ella creía:
"Los ángeles que vimos primero nos ejercitaron en la fe, en la esperanza y
en el amor, y el contenido de todo el mensaje es que aprendamos eso. Es justo
lo que nos quiere enseñar la madre de Dios para purificarnos y convertirnos. La
penitencia es precisamente ese distanciamiento íntimo de la tendencia actual
que aleja de Dios y sólo conduce hasta sí misma. La penitencia es conversión,
salir de uno mismo, entregarse; entonces se convierte en amor y que a su vez
tiene la fe como requisito previo y genera esperanza".
Creo que
todas estas apariciones marianas, en cuanto auténticas, no nos indican algo
adjunto al evangelio. No proporcionan contento para curiosos, sensacionalismo o
cosas por el estilo, sino que nos devuelven a lo sencillo y esencial, que con
tanta facilidad tendemos a pasar por alto. Precisamente hoy, dada la
complejidad de todos nuestros problemas, el cristianismo suele parecernos
complicado porque los árboles nos impiden ver el bosque. Se trata de ser
conducido al sencillo centro, no a cualquier otro lugar, sino a lo esencial, a
la conversión, a la fe, a la esperanza y al amor.
Revelación
del tercer secreto de Fátima
Entretanto,
la Congregación de la Fe, en una conferencia de prensa celebrada el 26 de junio
de 2000, presentó a los medios de comunicación el texto completo del denominado
tercer secreto de Fátima. Se entregó también un folleto editado por la
Congregación en los grandes idiomas del mundo, que reproduce en facsímil el
texto manuscrito de la hermana Lucía, para eliminar cualquier discusión
razonable sobre la veracidad e integridad de dicho texto.
Texto
manuscrito por la hermana Lucía, vidente
En este folleto se describe escrupulosamente
tanto el transcurso de las visiones como las sucesivas redacciones de la
hermana Lucía que las recuerdan y la hábil exposición del tercer secreto. Se
reproduce además la alocución del cardenal
Sodano mencionada por usted; yo mismo colaboré en el borrador
del comentario del texto Como ese folleto es accesible para todo el mundo, seré
breve.
Opinión
del profesor Ricardi
La visión
muestra el fatigoso camino de un obispo vestido de blanco (que los propios
niños videntes identificaron con el Papa) hacia una montaña coronada por una
cruz; el camino atraviesa una ciudad medio destruida. Obispos, sacerdotes,
seglares y finalmente el Papa son asesinados. Pero la sangre de los ejecutados
es recogida por los ángeles y se vuelve fructífera para el mundo. Se puede ver
en el texto una visión abreviada y presentada en imágenes simbólicas de la
Iglesia de los mártires en el siglo xx; el profesor Riccardi (presidente de la
comunidad de San Egidio), en un libro sobre los mártires de nuestro siglo que
han sucumbido bajo los distintos regímenes dictatoriales, muestra de forma
impresionante la realidad aquí simbolizada. Pero de las líneas básicas de las
tres partes del secreto se desprende que el llamamiento a la penitencia es
capital y pone de manifiesto al mismo tiempo que la historia no transcurre de
acuerdo con un determinismo inevitable, como si ya estuviera todo escrito y
fuera in transformable, sino que sigue siendo una historia de libertad: la
penitencia puede modificar la visión.
El secreto
es un llamamiento dramático a la libertad del ser humano para cambiarse a sí
mismo, transformando de ese modo el curso de la historia; por otra parte, eso
es lo que este texto tiene en común con el Apocalipsis. El hecho de que el Papa
finalmente escapara de la muerte se puede considerar una señal de que es
posible cambiar la historia mediante la oración.