SANTA EULALIA. VIRGEN Y MÁRTIR

El Señor encontró a esta virgen prudente y la hizo entrar con él a las bodas (De la misa de hoy).

Martirio de santa Eulalia

Existe la celebra pasión de santa Eulalia del siglo VII de dónde saco esta historia y creo que todo lo que dice quizás no corresponda a su realidad.

Nacimiento

No sabemos dónde exactamente nació Seguramente cerca de Barcelona donde vivían sus padres. La tradición coloca su nacimiento en Sarriá, dónde hay una pequeña capilla a ella dedicada.

Tenía veinte años, algunos dicen que tenía trece, cuando llegó a Barcelona el presidente Daciano con el objeto de hacer cumplir la orden imperial dada de perseguir a los cristianos.

Eulalia. mártir

Eulalia se presentó delante del presidente y le reprochó la persecución que hacía contra los cristianos y el deseo de dar ella la vida por amor a Jesucristo.

Daciano no la escuchó, y la hizo azotar. Ella alababa al Señor.

Humillado el presidente mandó que la pusieran sobre un potro para atormentarla.

El presidente le propuso la apostasía y como que no lo consiguió mandó que con teyas encendidas le quemaran los lados. Providencialmente las llamas no quemaban a las santa sino que se dirigían hacia sus atormentadores.

Mientras aquel cuerpo inocente dejaba la vida aquí en la tierra, una blanca paloma, símbolo de su inocencia, salía de sus labios e iba hacia el cielo.

Daciano ordenó que el cuerpo de la santa fuese clavado en una cruz en  forma de espada para que fuera profanado, pero Dios no lo permitió y una intensa nevada lo cubrió.

Sus padres y los cristianos amigos de ella fueron al lugar de su martirio, entre ellos san Félix Africano.

Fue enterrada en un sepulcro de piedra cerca del’Arco de Triunfo y actualmente parece que el sepulcro que se encuentra en la cripta de la catedral de Barcelona contiene el cuerpo de santa Eulalia.

Comentario del evangelio

El’evangelio nos habla de diez chicas, cinco  de ellas eran prudentes y cinco desjuiciadas que salieron al encuentro del esposo..

Nuestra consideración del evangelio será contemplarlo teniendo presente la fiesta que celebramos. Una joven, Eulalia, que en su juventud no dudó  dar su vida por Jesucristo sufriendo la gloria del martirio

Nos podemos preguntar, sin miedo a equivocarnos, quien era este esposo que nos habla el evangelio y la respuesta es Jesucristo.

Este Jesucristo, que es el Hijo de Dios  y es la prueba más grande que tenemos del amor de Dios hacia nosotros. Dios amó al mundo de tal manera. que entregó a si Hijo Unigénito para que todo el que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna (Jn 3, 16)..

Este Jesús, que nació de una mujer joven que se llamaba Maria y pasó su vida durante treinta años en su compañía y la de san José y después fue a predicar y enseñar el camino que lleva  al cielo, murió en una cruz y resucitó enseñando a los hombres y las mujeres que también nosotros resucitaremos si seguimos el camino que él nos ha marcado.

Jesús resucitado está en el cielo y nos ha preparado un lugar, que santa Eulalia ya ocupa desde el momento de su martirio y muerte.

Para Eulalia Jesucristo  es el esposo que llega y ella sale a recibirlo con la lámpara encendida y el aceite que podemos decir que es:

La fe.

Esta fe que recibió en el bautismo y ha sido para ella como una lámpara  que ha iluminado toda su vida hasta morir en un martirio y ser virgen y mártir y a la que nosotros hoy veneramos de una manera especial por ser la patrona de Barcelona.

La esperanza de la vida eterna.

Eulalia no dudó al dar su vida por Jesucristo con la gran esperanza que iría al cielo, y como virgen prudente iría a su encuentro con la lámpara encendida de la caridad.

Amor a Jesucristo.

Este amor a Jesucristo fue más fuerte que todo lo que le ofrecía el emperador Daciano  para convencerla. Prefirió el martirio a todas las promesas de Daciano.

Esta joven, como dice la oración de la misa, ha fecundado la semilla de la predicación evangélica en nuestra tierra y nosotros cristianos somos un fruto de la sangre de su martirio.

 La Iglesia en el prefacio de los santos mártires no dice: Porque la sangre de la gloriosa santa Eulalia para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder, pues en su martirio, Señor, ha sacado fuerza de lo débil. haciendo de la fragilidad tu propio testimonio por Cristo nuestro Señor.

En el transcurso del año litúrgico la Iglesia nos presenta a personas adultas y jóvenes, que han amado de verdad a Jesucristo y hoy nos presenta a una chica, Eulalia, para que  la imitemos y sepamos dar nuestra vida por aquel que sabemos que nos ama, Jesucristo.

 Ella, Eulalia, nos da ejemplo y con su intercesión nos ayuda para que nosotros caminemos por el sendero que ella nos propone y consigamos con ella la corona inmarcesible de la gloria

Que tengáis un buen día de santa Eulalia.