SAN JUAN EL BAUTISTA
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santjoan3_p.JPG (23508 bytes)INTRODUCCIÓN

Celebramos, hoy, la fiesta de san Juan el Bautista, pero no su muerte, como hacemos con los otros santos, sino su nacimiento, porque san Juan fue santificado en el vientre de su madre, santa Isabel, cuando recibió la visita de la Madre de Jesús.

No sólo la Iglesia, sino todo el pueblo, el cristiano y el no cristiano, celebra esta fiesta en la gran verbena de san Juan. Es una de las fiestas más celebradas por todo el mundo. El pueblo catalán la celebra con grandes fuegos, y con la verbena, que alegran la vida de los hombres y las mujeres a lo largo de toda la noche.

El ángel dice a Zacarías, el padre de san Juan: "(...) muchos se alegrarán de su nacimiento" (Lc 1,14). Nosotros, hoy, nos alegramos de su nacimiento.

A vosotros, cristianos, que en el día de hoy os habéis reunido en esta fiesta en el templo y queréis participar de la Eucaristía, yo os quería poner a vuestra consideración la gran figura de san Juan y su personalidad.

La antífona de la Misa de hoy dice:

Éste será grande a los ojos del Señor,

y estará lleno del Espíritu Santo

desde las entrañas de su madre;

todo el mundo se alegrará de su nacimiento.

SAN JUAN RESALTA POR SER :

Un hombre austero

Forjado en el desierto. Miradlo: "Llevaba Juan un vestido de pelo de camello y una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre" (Mt 3,4).

Humilde

El pueblo, mirándole, pensaba en el Mesías. Él confesaba que no lo era y decía: "(...) yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias" (Jn1,27).

El mensajero

El mismo Jesús decía: "(...)¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver? ¿Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo están en los palacios de los reyes. ¿Qué salisteis entonces a ver? ¿Un profeta? Sí, y más que un profeta. Éste es de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti; él te preparará el camino. Os aseguro que entre los hijos de mujer no ha habido uno mayor que Juan el Bautista" (Mt 11,7-11).

santjoan2_p.JPG (24826 bytes)Es valiente

Dice la verdad, aunque él sabe que le puede costar la vida. "Juan le decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano" (Mc 6,18). Esto le llevará a la cárcel. La hija de Herodías, por encargo de su madre, pedirá que le lleven su cabeza en una bandeja, después de celebrar una gran fiesta. "Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista" (Mc 6,25).

Tiene una gran misión

La de preparar los caminos del Señor. "Es la voz del que grita en el desierto: Preparar el camino al Señor, allanad sus senderos" (Mt 3,3). Juan señala con el dedo dónde está el Cordero inmaculado, Cristo, que viene a quitar el pecado del mundo.

Tiene conciencia de su misión y, cuando le habla de Cristo, dice: "Él debe ser cada vez más importante; yo, en cambio, menos" (Jn 3,30).

Da un mensaje social

El mensaje de Juan es un mensaje social, si lo queremos decir con palabras modernas.

A todo el mundo le dice: "El que tenga dos túnicas, que le dé una al que no tiene ninguna, y el que tenga comida, que haga lo mismo".

A los cobradores de impuestos: "No exijáis nada fuera de lo fijado".

A los guardias y soldados: "No uséis la violencia, no hagáis extorsión a nadie, y contentaos con vuestra paga" (Lc 3,10-18).

santjoan1_p.JPG (24982 bytes)A todos, les pide conversión de corazón. Que den buenos frutos y que no es suficiente con palabras y considerarse hijos de Abraham sino que su vida tiene que ser santa.

Verdaderamente, Juan el Bautista es un modelo para aprender muchas cosas, un espejo donde mirarnos, ya que todos nosotros tenemos la misión de presentar al Señor a nuestros amigos y conocidos, hablar de él para que todo el mundo le conozca, acercarlo a las personas que amamos y retirarnos a tiempo para que el Señor crezca.

Nuestra vida cristiana se tiene que parecer a la vida de san Juan. Tenemos que ser humildes, repartir nuestros bienes con los pobres, preparar los caminos del Señor, ser valientes y decir la verdad, aunque nos cueste la vida.

Todos nosotros, por el bautismo y la confirmación, somos portadores, de alguna manera, de Dios en el mundo. No nos es necesario salir en los diarios ni que nos hagan monumentos. Todo cristiano, cada uno en su vida diaria, con pocos o muchos talentos que haya recibido, puede, y tiene que ser, profeta de Cristo, ayudar a los demás a conocer y a amar a Jesucristo.

Muchas otras conclusiones prácticas podríamos añadir, pero, si pusiéramos en práctica éstas, ya podríamos estar contentos.

¡Qué paséis un feliz día de san Juan!