FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
(Solo texto para imprimir)

En primer lugar haré el comentario del Evangelio y después de la fiesta de la Inmaculada Concepción.

EXPLICACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY

Navidad está cerca. En la fiesta de navidad os diré: ¡Vayamos a Belén a ver al Mesías y adorémosle!, pero hoy os digo: ¡Vamos a Nazaret, a ver a María y José, para que nos expliquen lo que ha ocurrido!

NAZARET

En un pueblo de Galilea, muy pequeño, de unos cincuenta habitantes, donde todos se conocen, preguntamos por la casa de Joaquín y Ana y su hija María, nos la indican y llamamos a la puerta.

María nos abre la puerta. Le decimos que no somos periodistas sino hombres y mujeres llenos de fe y amor a Dios.

María, una chica joven, guapa, inmaculada y con cara risueña, nos dice que tomemos asiento. Así lo hacemos. Y, sin que digamos nada, ella sabe para que hemos ido.

LA CASA DE MARÍA

Conversación de María con el ángel

María nos dice: Estaba en oración y se me apareció un ángel del Señor, el arcángel Gabriel, uno de los más principales. Yo me asusté, porque no había visto nunca a un ángel, pero él me dijo: No tenga miedo, María, alégrate, porque te traigo un mensaje de parte de Dios.

Nosotros le preguntamos por qué se alegra tanto, y ella nos responde que tiene motivos para ello.

Pero, sigamos con orden. Nos dice María: El ángel me dijo que estaba llena de gracia y que el Señor estaba conmigo. Entonces me tranquilicé. El ángel continuó diciéndome que Dios me había dado su gracia, y lo explicó con estas palabras: Tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús.

El ángel me describió cómo sería este hijo diciéndome: Será grande y le llamarán el Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David su padre, será rey del pueblo de Israel por siempre, y su reino no tendrá fin.

María continúa diciéndonos: No entendía nada de lo que decía el ángel, tener un hijo sin haber conocido un hombre. Pregunté al ángel: ¿Cómo será esto, si yo no tengo relaciones con ningún hombre? Dice literalmente el evangelista Lucas (Lc 1,34).

No había hablado nunca con ningún ángel, dice María, pero él me escuchó y tuvimos un diálogo muy bonito. Me dijo que concebiría por obra y gracia del Espíritu Santo y que el poder del Altísimo me cubriría con su sombra, y que el fruto santo que nacería se llamaría hijo de Dios.

Así que, después de esta explicación le dije que sí: -Aquí está la esclava del Señor, que me suceda según dices. Y el ángel me dejó (Lc 1,38).

María añade: Dios siempre respeta nuestra libertad y nuestra colaboración, y, aún añade, que no sabía lo que era ser la Madre de Dios, la "Theotokos".

Nos despedimos y nos vamos a la casa de José.

EN LA CASA DE JOSÉ

José al ver nuestra cara ¡ya sabía porqué íbamos! María nos había contado su alegría. José comenzó explicándonos su tristeza, diciéndonos que lo había pasado muy mal.

Palabras de José

María era mi prometida. Aún no habíamos vivido juntos, y un día me dijeron que María esperaba un hijo. No era mentira, no era un chisme del pueblo, era verdad y yo no sabía nada.

José nos dijo que después no sabía qué hacer. ¡Una chica tan maja y santa… que le hubiera hecho aquella mala faena! Sabía muy bien que si la denunciaba sería apedreada, según lo mandaba la ley de Moisés.

José se decía interiormente: No puedo denunciarla, no lo haré, y se propuso deshacer en secreto el acuerdo matrimonial.

Ya lo tenía decidido cuando el ángel de Señor se me apareció en sueños, y me dijo que no temiera acoger a María en mi casa como esposa, que era cierto que esperaba un hijo, pero que lo había concebido por obra del Espíritu santo. Y cuando naciera le pondría por nombre Jesús, porque sería el salvador del pueblo.

Respiré tranquilo, nos dijo José, y enseguida me fui a casa de María. Ella me miró y, yo también me la quedé mirando… Aquellas miradas fueron tan elocuentes y emotivas… que, sin hablar una palabra nos entendimos. A veces una mirada vale más que mil palabras.

Le di un abrazo y le dije que ya podía venir a mi casa, no como prometida sino como esposa. Nuestra alegría fue inmensa, y desde entonces vivimos juntos.

Le preguntamos por qué María no le había dicho nada de la visita del ángel, y nos contestó con el argumento de san Agustín: Era tan grande lo que me había dicho que no podía creerlo: la aparición de un ángel, ser la madre de Dios, concebir un hijo por obra del Espíritu santo, que sería el Mesías, y que su reino no tendría fin…

San Agustín dice que san José, aunque era muy bueno, le hubiese dicho: "¡Chica, no estás bien de la cabeza, eso es un sueño!

Nos despedimos de José y le felicitamos por aceptar ser el esposo de María.


María elegida y predilecta de Dios antes de nacer

Día de alegría espiritual

Hoy es un día de alegría porque celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción. Los hijos de María nos alegramos al contemplarla llena de gracia, toda bella y sin pecado concebida. El papa Pablo VI en la su encíclica Marialis Culte nos dice: En esta fiesta celebramos conjuntamente la Inmaculada Concepción de María, preparación de la venida del Salvador y el feliz comienzo de la Iglesia, bella sin mancha ni arruga (M. C. 3).

Dios tiene presente a María al anunciar la Redención

En la primera lectura leemos que, al comenzar la historia, cuando Dios creó a Adán y Eva, que precisamente los había creado libres, podían comer o no de árbol de la ciencia del bien y del mal, pero ellos pecaron. Entonces Dios tomó la iniciativa, y les salió al paso al darles la noticia esperanzadora: Vendrá un Salvador, descendiente del linaje de Adán, que llevará a término la victoria sobre el mal. Esta promesa de salvación ya aparece asociada a una mujer no podía ser otra que la madre del Salvador, la Madre de Dios.

Cuando un arquitecto quiere construir una casa, antes prevé todo lo que necesitará. Dios, en su infinita sabiduría, como dice el catecismo de la Iglesia Católica nº 490, dotó a María con los dones a la medida de la misión tan importante que iba a realizar (LG.56) y el ángel Gabriel la saludó como la llena de gracia (Lc 1,26-38).

Si María era la llena de gracia, no podía tener pecado, ni el pecado original, como nuestros primeros padres, por esto en la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción, el papa Pío IX dice: La bienaventurada Madre de Dios fue preservada inmune de todo pecado original en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente y los méritos de Jesucristo Salvador del género humano.

Dios la eligió por amor antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia por amor.

Alegrémonos de cómo Dios preparó a María y alegrémonos también del gran que María dio al ángel, después de un sincero diálogo con él, precisando las palabras que no entendía. Una joven dialogando, de forma admirable, con un ángel del Señor. Este Sí se va a prolongar durante toda su vida, en las alegrías y en las penas, singularmente al pie de la cruz.

María Maestra y Señora

Este sí es el prototipo de millones de cristianos que han dicho sí al Señor con las mismas palabras de María: Hágase en mí según tu palabra (Lc 1,38). Que se haga en mí según tu palabra, han repetido miles de veces los buenos cristianos, ya que María es la gran maestra de todos los que quieres ser discípulos de Jesús.

María como nueva Eva, madre de los vivientes, es el modelo de fe, esperanza y caridad, prefigura la Iglesia, esposa gloriosa de Cristo, santa e inmaculada, como dice el prefacio de hoy.

Como las madres se preparan para recibir al hijo con amor y delicadeza, también nosotros podemos preguntarnos cómo se preparó María sabiendo que el fruto de sus entrañas era el Hijo del Altísimo, el Hijo de Dios.

En María tenemos una buena maestra, es el camino que nos lleva a Jesús. Nos da ejemplo, porque ella supo corresponder a la gracia y dones que el Señor le dio.

ARGUMENTO PARA AFIANZAR EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Del franciscano Dum Scotto. Preparó el camino para la definición dogmática.

Dicen que la inspiración le vino al pasar ante una imagen de la Virgen y le dijo: ¡Oh Virgen sacrosanta!, dame las palabras apropiadas para hablar bien de Vos.

ARGUMENTO. SILOGISMO

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciese sin pecado original?

- Sí, a Dios le convenía que su Madre naciese sin mancha. Eso le honra a El.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciese sin pecado original?

- Sí, Dios lo puede todo, por tanto, podía hacer que su Madre naciese sin pecado: Inmaculada.

3. Lo que a Dios le conviene ¿lo hace o no lo hace?

- Lo que a Dios le conviene lo hace, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Scotto termina así:

1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada, o sea, sin pecado original.

2. Dios podía hacer que su Madre naciese Inmaculada: sin pecado.

3. Por tanto, Dios hizo que María naciese sin mancha de pecado original. Porque Dios cuando sabe que alguna cosa es mejor hacerla, la hace.

María no tiene pecado original en previsión de los méritos de Jesús

María no tiene pecado original por los méritos de Cristo Salvador. Por Jesús, María es preservada del pecado. Ella por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba la salvación, que sólo viene de Cristo. Pero ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo.

La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.

La razón la tenemos: La maternidad divina. Dios quiso preparar un lugar puro en el que se encarnara su Hijo.

Frutos:

1. María estuvo inmune de las tendencias de la carne, de los deseos desordenados del apetito sensitivo que se encaminan al mal.

2. María fue preservada de todo pecado personal durante toda su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre nunca ofendió a Dios, no quiso nada que le hiciera perder la gracia que había recibido.

3. La Inmaculada Concepción de la Virgen María nos enseña un camino a seguir:

Nos pide purificarnos. Ser puros porque Dios habita en nosotros.

Nos invita a consagrarnos al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar el conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para la plenitud en Jesús.

Imitemos a María, amémosla de verdad y llevémosla en el corazón anunciándola a nuestros parientes y amigos.

Os deseo que paséis un buen día de la Inmaculada Concepción