SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Festividad del Corpus
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dijous_sant_leonardo.JPG (36631 bytes)Celebramos, hoy, la festividad del Corpus Christi, la fiesta del sacramento más entrañable que Cristo nos dejó: su Cuerpo y su Sangre como alimento para nuestro caminar.

El evangelio nos ha explicado que Jesús hizo la multiplicación de los panes y de los peces para que aquella gente, que lo seguía hacía tres días, no desfalleciera por el camino. ¡Qué preciosa es esta escena de los apóstoles dando el pan que Jesús multiplicaba! Todo el mundo comió y aún sobraron doce canastos. Aquellos judíos se quedaron admirados del poder de Jesús y le querían proclamar rey, pero Jesús no quería ser rey de este mundo, sino de nuestros corazones. Por eso, desapareció. Los judíos lo buscaron y lo encontraron en la sinagoga de Cafarnaum.

dijous_sant_dali.jpg (114155 bytes)Entonces Jesús les explicó el significado de este milagro cuando les dijo: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo" (Jn 6,51). "Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él" (Jn 6,55-56).

Los oyentes entendieron bien estas palabras, y muchos de ellos se escandalizaron, de tal manera que casi todos dejaron solo a Jesús. Entonces, el Señor se dirigió a los apóstoles y les preguntó: "¿También vosotros os queréis marchar? Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6,67-68).

corpus_papa.JPG (21978 bytes)San Pablo presenta la Eucaristía como una tradición que él ha recibido y, de la misma manera que él la ha recibido, la quiere transmitir a la comunidad de Corinto: "Hermanos, la tradición que yo he recibido y que os he transmitido a vosotros viene del Señor. El Señor, la noche que tenía que ser entregado, tomó el pan, dijo la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, entregado por vosotros. Haced esto en memoria mia". Y, después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre. Cada vez que bebáis, haced esto en memoria mia" (1Co 11,23-25).

Yo también he recibido esta tradición y la mayoría de vosotros también la habéis recibido. Muchos de nosotros recordamos las palabras de nuestros padres el día de nuestra primera comunión. Ellos nos acompañaron a la iglesia y prepararon una pequeña fiesta. Estaban contentos porque nosotros hacíamos la primera comunión.

Yo, sacerdote, he recibido esta tradición y vosotros, amigos que asistís hoy en este templo a la celebración de la Eucaristía, también; por eso, todos juntos pasamos esta tradición a nuestros familiares, a nuestros amigos y a las personas con las que nos relacionamos.

Cuando participamos de la Eucaristía también nos unimos a nuestros hermanos. San Pablo nos dice estas palabras: "El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?"(1Co 10,16). Nosotros, los bautizados, somos el cuerpo de Cristo. Nuestra unión tiene que ser sincera y llena de amor. Jesús quiere que hagamos las paces antes de ofrecer el sacrificio. Si estás a punto de ofrecer tu sacrificio y te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja el sacrificio, reconcíliate con tu hermano y después vuelve a ofrecer tu sacrificio.

corpus_alfombra.JPG (37230 bytes)La Eucaristía nos ayuda a poner en práctica el mandamiento de Jesús de amar al hermano. San Agustín dice que, amando, nos limpiamos los ojos para ver a Dios y Jesucristo añade: "¡Felices los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios!" (Mt 5,8). Hoy es el día del amor fraterno y Cáritas nos pide una limosna. Seamos generosos.

Es recomendable comulgar con las dos especies: el pan y el vino. El Concilio Vaticano II ha dicho que se ofrezca a los fieles laicos más a menudo la participación en el cáliz del vino, porque se manifiesta más claramente la relación de la Eucaristía con el sacrificio de Cristo en la cruz.

Para finalizar, os recomiendo, además de realizar una buena comunión, participar en la procesión del Corpus de la catedral y hacer una plegaria personal y larga delante del sagrario.

Hermanos y hermanas que me escucháis, hoy es un gran día para nosotros, los cristianos. Cantemos con todo nuestro corazón el Pange lingua: "Canta, lengua, el misterio del cuerpo glorioso y de la sangre preciosa".