FESTIVIDAD
DE LA EPIFANÍA (IV)
(sólo
texto, para imprimir)
Unas ideas sacadas de la homilía del papa Benedicto XVI pronunciadas en la vigilia de las Jornadas Mundiales de la Juventud,
el día 20 agosto 2005, en Colonia.
Celebramos hoy, la fiesta de tres sabios, que no sabemos sus nombres, pero el
pueblo cristiano los nombra los reyes, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Entre los personas que han traído alegría al mundo, unos de los principales,
son los Reyes Magos que traen alegría a los niños y a los adultos. Celebremos,
también nosotros cristianos esta fiesta con alegría en la celebración de la
santa Misa.
Los evangelios nos han explicado que habiendo nacido Jesús en Belén, en tiempo
del rey Herodes, vinieron unos
sabios de Oriente y al llegar a Jerusalén preguntaban: “¿Dónde ha nacido el
Rey de los Judíos, que acaba de nacer? (Mt 2,1-2).
No sabemos de donde venían, algunos dicen de
Persia. Parece que
vinieron de tierras lejanas.
El motivo era que habían visto una estrella que les indicaba que había nacido
el rey de los Judíos.
Fácilmente, podemos imaginarnos los comentarios de quienes se quedaron en casa, diciendo que eran gente
utópica y soñadora, pero en realidad eran gente que tocaban de pies a tierra y
pensaban que lo encontrarían en un palacio, por esto se dirigen al palacio del rey Herodes buscando al Rey de
los Judíos.
Quedarían admirados al llegar a
Jerusalén y comprobar que el rey Herodes y toda la ciudad
no sabían nada den nacimiento de su
Rey.
Hicieron, lo que es normal, ir a ver a Herodes y preguntarle
dónde había nacido el Rey de los Judíos.
Dios se sirvió de un hombre malo, sensual y sanguinario parar
indicarles dónde lo encontrarían. El evangelista dice que el
rey Herodes les dijo::” Id e informaos con exactitud de todo lo relacionado
con este niño; y cuando lo encontréis, hacédmelo saber, para que yo, también,
pueda ir a adorarlo (Mt 2,8).
Dios se sirve de los hombres, a veces
malos, para dar a conocer su voluntad. Herodes les indica que
vayan a Belén porque así estaba escrito por el profeta.
Ellos emprendieron el camino a Belén y
vieron, otra vez, la estrella que habían visto en Oriente y les llenó de alegría.
Esta se paró sobre la casa donde estaban Jesús, María Y José (ya no estaban en
un establo) y entrando
a la casa, vieron al niño a María, su madre, y se postraron para adorarlo (Mt 2,11).
Su camino había acabado. Habían llegado a la meta, Pero entonces empezaba un
nuevo camino interior para ellos, una peregrinación que cambiaría toda su vida
y su manera de pensar. Se habían
imaginado un rey muy diferente del que habían encontrado.
Sabían que el mundo estaba desordenado y
por esto estaban inquietos, Seguramente habían
oído hablar de los grande s
profetas de Israel, que profetizaban un rey que
estaría en armonía con Dios y que en su nombre y de su parte establecería un orden en el mundo lleno de paz y felicidad.
Habían emprendido el camino con esta convicción, en realidad, buscaban la
justicia y la paz que tenía que venir de
Dios y querían ver a este Rey, y postrarse a sus pies y así, también
ellos servirían a la renovación del mundo. Pensaban como los hombres y no como
Dios piensa.
Recuerdo que Jesús dice que Pedro es dichoso porque el Padre le ha revelado que
Él es el Mesías, el Hijo de Dios, pero cuando Jesús dice que el Mesías había de coger la cruz, ser crucificado y morir. Pedro
al oírlo, le dice que no sucedan estas cosas pero Jesús le responde que se aparte, Satanás, porque sus
pensamientos no son los de Dios.
También nosotros, muchas veces, pensamos como los hombres.
Los Magos tenían que cambiar el
concepto de rey al ver a Jesús y cambiar ellos mismos. Ahora, habían visto que
el poder de Dios es diferente del poder de los grandes del mundo. La manera de obrar de Dios, es diferente de la que nosotros
imaginamos y quisiéramos imponerle al mismo Dios.
En este mundo, Dios no hace competencia con el poder del mundo y
de sus reyes.. Dios no tiene ejércitos.
El poder de Dios es el amor y amar
constituye la manera de obrar de Dios,
instaurando el reino de Dios, que es un
reinado de amor y de paz.
Los Magos adoran a Jesús y esto tiene un sentido de reverencia y servicio. Le ofrecen oro, incienso y mirra, dones
que ofrecen a Jesús como Dios y como hombre. Con sus dones querían reconocer
que aquel niño era su Rey, ponerse a su servicio y ofrecerle también, su propio
poder y sus posibilidades, siguiendo el camino del amor y de la justicia.
Los Magos aprenden que el camino del amor y la justicia no se puede imponer por leyes humanas. Entienden
que ellos mismos han de sacrificarse y darse cómo hizo Jesús
que murió en un cruz. Que su vida ha de
acomodarse a la manera que Dios ejerce su poder. Tienen que
convertirse en hombres de la verdad, del derecho, del perdón, de la bondad y de la misericordia
Saliendo de Jerusalén tienen que seguir
las huellas del verdadero Rey, en el seguimiento de Jesús
Aplicación a nuestra vida cristiana
Los Magos son los primeros que siguen la
estrella y se ponen en camino para ir a
adorar a Jesús y después de ellos hay una lista, casi infinita, de hombres y
mujeres que siguiendo la estrella de su
vocación cristiana en busca de Jesús han encontrado, como los Magos
encontraran, al Niño Jesús en los brazos de
María.
Entre ellos sobresalen los santos canonizados, muchos que
desconocemos, que en sus actitudes, acciones y vidas se revela la riqueza del Evangelio,
especialmente el mensaje de amor dado por Jesús en la última cena. Son como un
gran libro ilustrado de la riqueza del
Evangelio. Son como unos hitos que nos señalan el camino que lleva a Belén y
como señales que nos indican la manera práctica de ser verdaderos cristianos. Encontramos niños, jóvenes y adultos,
tanto hombres como mujeres, que han amado de
verdad a Jesucristo y se han sacrificado y dado su vida por amor a los
hermanos.
La verdadera revolución
Los que somos mayores hemos visto verdaderas revoluciones, que todo su programa
estaba basado en el poder humano, prescindiendo de Dios, como el fascismo y el comunismo. Las ideologías solas no
salvan al mundo sino van acompañadas de
la mirada del creador, que es garantía de nuestra libertad, garantía de lo que es realmente bueno para la
persona y para la sociedad.
Los Magos encontraron al auténtico Jesús, no como algunas personas que quieren
seguirle a su manera, no como nos dice e’l Evangelio y nos enseña nuestra madre
la Iglesia, pese a sus deficiencias.
Jesús es la agua viva que sale de la
fuente de su corazón
Permitidme antes de acabar una comparación. Jesús es el agua viva que sale
de la fuente y nos lleva a la vida
eterna y la Iglesia es el canal por dónde
nos llega esta agua. Este puede
ser más bueno o menos bueno y tener sus escapes, pero gracias a este
canal hemos podido lavarnos la cara
esta mañana cuando nos hemos levantado, si lo hemos hecho. Gracias a la
Iglesia, con sus defectos, conocemos a Jesús para adorarle y amarle y hoy podemos
asistir a esta Eucaristía participando, haciendo una buena comunión. Gracias
Iglesia.
El Papa Juan Pablo II nos ha mostrado el verdadero rostro de la Iglesia en el gran número de santos que ha beatificado y canonizado: Maximiliano Kolbe, Edith Stein, la Madre Teresa Calcuta, el padre Pio, etc. También ha pedido
perdón por el mal que ha través de la
historia han cometido de palabra o de
obra las personas de la Iglesia
Católica.
Que los Reyes nos lleven a Belén para adorar a Jesús y ofrecerle el presente
de nuestro amor y amistad.
Que paséis un buen día de la
Epifanía.