LA SAGRADA FAMILIA
(Sólo texto, para imprimir)

Sagrada Familia. Juan Antonio de Frías y Escalante (1633-1670).Museo del Prado (Madrid).La Iglesia, como gran pedagoga, nos hace progresar en el conocimiento de Jesús. No hace muchos días, veíamos al Niño Jesús nacido en Belén, acostado en un pesebre, los pastores lo adoraban y los ángeles cantaban: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que Dios ama (Lc 1,14).

Hoy, dejamos Belén y nos trasladamos a un pueblo sin importancia donde Jesús pasó toda su juventud. Nos encontramos con la Sagrada Familia, ejemplo y modelo de todas las familias cristianas.

Quiero destacar que Dios quiso venir al mundo en una familia. Podría haber aparecido de otras maneras, pero no fue así, quiso vivir en una familia, como todos nosotros.

La familia de Nazaret era una familia abierta a Dios. Dios ocupaba el primer lugar, no el último, tanto en los días festivos como en los días laborables, en el trabajo y en el tiempo libre, en las alegrías y también en la penas. Un matrimonio y un hijo, siempre dispuestos a hacer la voluntad de Dios. Una familia que cumple la Ley de Moisés, como nos dice san Lucas en el evangelio de la purificación de María y en la presentación de Jesús en el Templo (Lc 2,21-38).

Una familia pobre, pero no miserable. Según la tradición, José era carpintero y María hilaba las túnicas que llevaba Jesús. Un carpintero en un pueblo pequeño es un hombre que sostiene la casa, y su mujer le ayuda. Así era la casa de Nazaret, una familia humilde, sencilla, sin pretensiones de riqueza. Lo que ofrecieron en el Templo, un par de tórtolas y dos pichones, demostraba su situación (Lc 2,4).

Una familia solidaria con los hermanos. Vemos a María ir a servir a su prima Isabel (Lc 1,39), y a Jesús que vino para anunciar la buena nueva a los pobres.

Si quisiéramos resumir en dos palabras cómo era la familia de Nazaret, diríamos que era una familia llena de Dios y de amor a los hermanos.

Nuestras familias están formadas por el matrimonio, los hijos, los abuelos y otros familiares.

Permitidme que os diga algo a todos vosotros en esta fiesta de la Sagrada Familia.

La Sagrada Familia. Anónimo del siglo XVI. Museo Catedralicio (Ávila).A los matrimonios os digo lo que decía san Pablo en la segunda lectura (Col 3,12-21): Que os soportéis y os perdonéis mutuamente y, por encima de todo, que os améis y crezcáis en el amor.

¿Por qué hay tantos divorcios? Porque las parejas no se soportan.

A los padres les recomiendo que se quieran de verdad, que su amor aumente cada día más. Que la palabra de Dios habite en sus hogares cristianos y que eduquen cristianamente a sus hijos.

Ya hemos hablado muchas veces de la educación que los padres han de dar a sus hijos. Recordad que no basta con palabras, sinó que las palabras han de ir acompañadas por el ejemplo. Si el padre o la madre no respetan a los abuelos, ¿cómo pueden pedir ellos a los hijos que les respeten?

También a vosotros, padres, os quiero decir que, cuando veáis que vuestro deber os obliga a decir no, aunque os cueste, lo habéis de decir. Educar no quiere decir que se haya de decir siempre , aunque sea más fácil.

A los hijos, les recuerdo la primera lectura. Que honren a sus padres y los respeten, aunque chocheen. Antes se decía que había muchos niños que no tenían padres, ahora podemos decir que hay muchos padres que no tienen hijos.

Uno de los grandes negocios son las residencias de ancianos. ¿Por qué un padre que ha alimentado, soportado, educado y ha visto hacerse hombres a sus hijos, ahora, estos hijos no pueden tener en sus casas a los padres para alimentarlos y, sobre todo, para darles cariño y bienestar?

Finalmente querría subrayar el gran respeto y cariño que se ha de tener a las personas jubiladas. Muchas veces parece que sólo sirven para llevar a los niños al colegio, para ir a comprar, o para hacer algún quehacer de la casa.

Simeón y Anna, con José y María en el Temple. Sagrada Familia de Barcelona.El evangelio nos habla de dos ancianos (Lc 2,25-38): Un anciano y una anciana de ochenta y cuatro años. Los dos llenos de Dios, hacen un buen servicio y son queridos y venerados por el pueblo.

La experiencia de una persona mayor no se paga con dinero.

Pidamos al Señor por las familias que tienen problemas, por las familias separadas, divorciadas, que el Señor les ayude y encuentren el buen camino que señala la familia de Nazaret.

PALABRAS DE JUAN PABLO II A LOS ESPOSOS (3 de Mayo, 1998)

"Vosotros, esposos cristianos, estad a punto para dar testimonio de vuestra vocación matrimonial: la armonía en el hogar, espíritu de fe y de oración, ejercicio de las virtudes cristianas, la apertura a los otros, sobre todo a los más pobres, la participación en la vida eclesial, la serena fortaleza para afrontar las dificultades diarias constituye el terreno favorable para la maduración vocacional de vuestros hijos.

Considerada como ‘iglesia doméstica’, la familia sostenida por la gracia sacramental, es la escuela permanente de la civilización del amor, donde es posible aprender que sólo del don libre y sincero de uno mismo brota la plenitud de la vida".