NUESTRA SEÑORA DEL PILAR


Sobre el pilar santificado Virgen María, guías y proteges a nuestro pueblo (Antífona de Laudes).

EL oficio divino y misa lo decretó el papa Clemente XII para España. Pio
VII aumentó la categoría litúrgica de la fiesta. PIo XII concedió a las naciones sudamericanas poder celebrar la misma fiesta vigente en España.

María es invocada por el pueblo de muchas maneras

Sabemos que de Virgen María solamente hay una y es invocada por la devoción popular como, Montserrat, Pilar, Fuensanta, Begoña, Rocío y otras muchas invocaciones que seria imposible enumerarlas todas.

María lo acepta porque sabe que de esta manera, revistiéndose de las características de cada lugar, se nos hace más próxima y más madre.

La festividad de la Virgen María del Pilar es fiesta en toda España. Aragón y muchos pueblos de España la celebran con mucha solemnidad.

 

En Zaragoza se celebra la misa muy solemne y el pueblo ofrece a la Virgen del Pilar muchas flores en la plaza del Pilar.

María se apareció sobre un pilar en Zaragoza

Según la tradición María se manifestó en Zaragoza sobre una columna, o pilar, que es signo visible de su presencia y de la firmeza que María puede dar a nuestra fe.

La basílica del Pilar es un lugar de plegaria, dónde muchos cristianos, especialmente el pueblo aragonés, ponen de manifiesto su amor a María.

Alabanza a María hecho por una mujer

Jesús hablaba muy bien y era digno de ser escuchado por sus maravillosas enseñanzas y por el amor que manifestaba a Dios y a los hermanos.

El evangelio nos dice:

Mientras Jesús hablaba, una mujer gritó entre la turba: "Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron”. Pero él contestó: "Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11, 27-28).

Las palabras de Jesús no son para despreciar a su Madre, sino para hacer resaltar la palabra de Dios escuchada y practicada.

María es grande por la maternidad y su fidelidad a Jesús. La raíz de todo elogio que podemos hacer a  María es su maternidad y su unión con Jesucristo.

El gran poeta catalán  Jacinto Verdaguer lo expresa de esta manera: "Es la Eucaristía el pan de Israel con la leche de María amasada en el cielo”.

¿Cómo manifestamos nosotros nuestro amor a María?

 

Reflexión sobre la oración de la Avemaría

La oración de la Avemaría tiene una gran profundidad bíblica; es muy humana, muy sencilla; es una invitación a amar y a confiar en Ella.

María tiene muchas cosas buenas.

Primero la saludamos con las palabras del arcángel san Gabriel.

 

Recordándole el saludo del arcángel que fue el inicio de su maternidad y de nuestra salvación.

En el mes sexto fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, por nombre Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María.

 

Entró donde ella estaba, y dijo: “Alégrate, llena de gracia. El Señor es contigo”. Ella se turbó con esta  salutación y pensaba qué significaría semejante saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante  de Dios y vas a concebir en tu seno y darás a luz un hijo a quien podrás por nombre Jesús” (Lc1,26.32).

María era una joven virgen. Notad que lo dice el  evangelista; tenía un acuerdo matrimonial con José y estaba llena de gracia.

Madre de Dios

Le recordamos el don que Dios le ha hecho de ser madre de Jesús y que ella siempre ha sido fiel a la voluntad de Dios.

María es la mujer que no ha cometido ningún pecado. Fue concebida sin pecado original, que todos tenemos al nacer, como lo declaró solemnemente el papa  Pío IX.

Seguro que a María le ha gustado que le recordemos todas estas cosas.

Bendita tú eres

María es bendita y alabada. Desde ahora todas las generaciones me dirán bienaventurada (Lc 1, 48).

La razón que da María de que todas las generaciones le digan que es bienaventurada es que Dios ha mirado la pequeñez de su sierva. María es grande porque es grande su humildad y Dios ha obrado en ella maravillas.

Además de su maternidad Dios ha hecho que su cuerpo no fuera corrompido.

Ella fue asunta al cielo en cuerpo y alma, como lo declaró solemnemente el papa Pio XII al declararlo  dogma de fe, el día uno de noviembre de mil novecientos cincuenta.

Santa María, madre de Dios

Después recordarle todo lo mejor y bueno, viene nuestro turno, que ruegue por nosotros, ahora, y en la hora de nuestra muerte.

Primero le decimos que es grande, y la segunda cosa que la necesitamos.

Estamos seguros que será nuestra intercesora delante de Dios y de Jesús.

Estamos seguros que ella siempre nos ayuda, y nos ayudará en el momento de nuestra muerte, como le hemos pedido muchas veces en nuestra vida.

Acabamos en la  oración de la misa que es muy substanciosa .

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos le invocan con la singular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la confianza, y constancia en el amor.

Que paséis un buen día de la festividad de la Virgen María del Pilar.