REFLEXIÓN Y PLEGARIA ANTE EL FUEGO DE LA VIGILIA PASCUAL

1. El salmista dice: Mis días se disipan como el humo (Sal 102,4).

Haz, Señor, que esta semana santa que hemos terminado no desaparezca como el humo.

2. Jesús dijo: Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego (Mt.7,19).

Enséñame, Señor, para que yo sepa dar buen fruto en mi vida cristiana.

3. Juan Bautista dijo de Jesús: El os bautizará con Espíritu Santo y fuego (Mt.3,11).

Haz, Señor, que yo experimente el fuego de tu amor del bautismo que hace años recibí.

4. San Marcos dice: Pedro estaba abajo, en el patio… calentándose junto a la lumbre. (Mc 14,67). Enseguida el gallo cantó por segunda vez. Pedro se acordó de lo que le había dicho Jesús: “Antes de que el gallo canto dos veces, tú me habrás negado tres”, y rompió a llorar (Mc 14,72).

Haz, Señor, que así como nosotros también nos calentamos en este fuego, sepamos también llorar nuestros pecados.

5. Jesús dijo: He venido a prender fuego a la tierra; y ¡cómo desearía que ya estuviese ardiendo! (Lc 12,49).

Enséñame, Señor, para que en esta tierra, yo también sepa encender el fuego de tu amor para mis hermanos.

6. Jesús dijo: Yo soy la vid, vosotros los sarmientos… El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como los sarmientos que se secan y son amontonado y arrojados al fuego para ser quemados. (Jn 15,5-6).

Haz, Señor, que nunca me separe de Ti, para que no me seque.

7. En el libro de los Hechos de los Apóstoles está escrito: Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos (Hch 2,3).

Haz, Señor, que en esta noche santa todos seamos también llenos del Espíritu Santo.

8. En el segundo libro de los Reyes leemos: Mientras iban caminando y hablando, un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre los dos, y Elías fue arrebatado en un torbellino hacia el cielo (2 Re 2,11).

Haz, Señor, que todos nosotros subamos al cielo, no en un carro de fuego, sino llevados en tus brazos.

9. Jesús resucitado, cuando estaba a la orilla de lago de Tiberiádes, preparó fuego, pescado y pan a sus discípulos (Jn 21,9).

Jesús resucitado, haz que este fuego que hemos preparado, nos disponga a recibir el pan de la Eucaristía en esta vigilia pascual.

Acabamos pidiendo al Espíritu Santo que escuche nuestra oración. Amén.