CREER EN DIOS, JESUCRISTO Y LA IGLESIA

No se puede negar que la mayoría de los hombres y las mujeres que vivimos en el siglos veintiuno creemos en Dios. Los ateos son relativamente pocos en proporción de las muchas personas que creen en Dios.

CREER EN DIOS

Cuando yo era pequeño la definición que aprendí de memoria era: Dios es el ser perfectísimo, creador y Señor de todas las cosas.

En el símbolo de los apóstoles se  define de  esta manera:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

El evangelista Joan dice: Dios es amor  (1Jn 1,8).

El deseo de Dios está inscrito en el corazón del  hombre, puesto que el  hombre ha sido creado por Dios y para Dios.
El hombre es un ser religioso por naturaleza y por las cosas creadas puede llegar al conocimiento de la existencia de Dios.

El mundo necesita un creador y éste es Dios.

Creer en Dios es relativamente fácil.

CREER EN JESUCRISTO

Creer que Jesús es el Hijo de Dios, encarnado y nacido de la Virgen Maria, que murió en una cruz, que resucitó y subió al cielo, esto ya cuesta más.

Muchas personas no creen en Jesucristo, otras lo consideran un gran hombre que ha hecho mucho bien a la humanidad, pero creer que Jesús es Dios y hombre verdadero no es tan fácil.

CREER EN LA IGLESIA

Creer en la Iglesia fundada por Jesucristo es más difícil. Se debe reconocer que la  Iglesia formada de  hombres y mujeres pecadores y con  muchos defectos no es perfecta.

El papa Juan Pablo II reconocía que la  Iglesia en los siglos de su existencia ha cometido algunas cosas que no están bien. Pese a esto, gracias a la Iglesia, conocemos a Jesucristo, su vida y algunos milagros que hizo.

La  Iglesia es como una buena madre que nos da a conocer a Jesucristo y amarlo de verdad.

Cuando alguien me habla mal de la  Iglesia le contesto que la  Iglesia tiene sus defectos y que yo creo principalmente en Jesucristo. Tu madre también tiene defectos.

Dichosos quienes crean sin haber visto (Jn 20,29).