ME CUESTA MUCHO IR A CONFESAR

Recuerdo que en una reunión uno de los asistentes me dijo que le costaba mucho ir a confesar y esperaba mi respuesta

Yo le contesté que a mí también me costaba. Desacreditarse a uno mismo y reconocerse pecador a nadie gusta.

Otro me preguntó por qué los católicos no hacen como los protestantes que se confiesan solamente con Dios.

Escuchemos a Jesucristo que nos da la respuesta.

Jesús dijo a los apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. A quien perdonaréis los pecados le serán perdonados a quienes los retuvieres les serán retenidos (Jn 20,22).

Si el sacerdote puede perdonar o dejar de perdonar los tiene que conocer...

Las palabras de Jesús son claras. Por esto la Iglesia Católica da a los sacerdotes la facultad de perdonar o dejar de perdonar al conferir el sacramento del orden.

Nuestra experiencia nos demuestra que todos pecamos y necesitamos purificarnos, como todos necesitamos lavarnos las manos.

Chesterton decía: si los malos pensamientos hicieran pudor no podríamos pasar por la calle.

El sacerdote tiene la obligación de guardar secreto de los pecados que ha escuchado en confesión. Una de las cosas pesadas del sacerdote es confesar.

El papa  Pio XII recomendaba la confesión frecuente.