EL DÍA DE NAVIDAD
Íbamos toda la familia a la misa del gallo, comulgábamos todos y al salir
inaugurábamos el belén con villancicos que habíamos ensayado antes y a dormir
que ya teníamos sueño.
El día de Navidad bendecíamos la mesa solemnemente, teníamos una buena comida
con toda la familia y el más pequeño leía una poesía al niño Jesús.
Por la tarde iban a ver los pastorets (represtación del nacimiento de
Jesús) y a dormir pronto puesto que estábamos cansados.
Decía aquella chica que tenía un buen recuerdo y que estas fiestas se deben
celebrar cristianamente haciendo el belén en los hogares, una buena confesión y
una buena comunión para que el niño Jesús también nazca en nuestro corazón, ir
a la misa del gallo y también hacer una buena comida y una buena limosna para
los pobres.
“No temáis. Os anuncio una gran alegría que será para todo el pueblo: que os
ha nacido, hoy, un Salvador. Que es el Cristo, el Señor, en la ciudad de David “
(Lc 2, 10-12).