LA IGLESIA TIENE SUS DEFECTOS

Recuerdo que me vino a visitar  una señora muy cristiana e inteligente y me dijo que ella amaba mucho a la Iglesia pero que veía muchos defectos y pecados y que estos eran la causa que muchas personas no creyeran ni en ella ni en Jesús.

Yo le respondí que era verdad que la Iglesia tiene muchos defectos y pecados y que los apóstoles también tenían. El mismo Pedro, el primer papa negó tres veces a Jesús y el gran papa Juan Pablo  II pidió perdón de los pecados que la Iglesia ha cometido en el transcurso de la historia.

Entonces le puse esta comparación. Verdad que cuando nos levantamos por  la mañana, una de las primeras cosas que hacemos es lavarnos la cara con agua clara. Podemos decir que Jesucristo es el agua que nos trae  la vida eterna y la cañería que la lleva es la Iglesia. Esta tiene muchos defectos y escapes y es muy defectuosa, pero gracias a ésta, el agua llega a nuestro piso y nos podemos lavar la cara.

Gracias a la Iglesia, pese a sus defectos y pecados, conocemos la gran persona de Jesucristo y su mensaje de amor y de paz. Lo que él dijo hace más de dos mil años lo tenemos en los evangelios que la iglesia ha conservado y predica.

También nuestra madre tiene muchos defectos y la amamos. También hemos de amar a la Iglesia, que es nuestra madre que nos ha engendrado en la fe, pese a sus defectos y pecados.

Miremos a Jesucristo y amémosle y que todos podamos repetir las palabras de santo Pablo: “No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí”.