HEMOS DE ESTAR SIEMPRE PREPARADOS PARA MORIR
Recuerdo que cuando era rector de Bonastre, Tarragona, celebré un matrimonio en
el que ella era de Bonastre y el novio era de Masllorens.
En un pueblo, dónde las bodas no son demasiadas, una boda
es un acontecimiento y todas las personas que pueden van a la Iglesia, además
de los familiares y amigos que están invitados.
La ceremonia de la boda se celebró normalmente
y con toda la solemnidad y después salimos a la puerta de la Iglesia para hacer
las fotografías. Quien hacía las fotografías era una amigo de Masllorens,
que con su coche tenía que acompañar a los novios a la estación de Roda de
Barà para coger el tren.
Después de los gritos rituales de viva los novios, el amigo fotógrafo hizo la
primera fotografía y cayó muerte repentinamente .
Corriendo se fue a llamar al médico, que vino inmediatamente y le hizo el boca
a boca y al acabar dijo a todo el mundo que estaba muerto y que ya no había
nada que hacer.
Ni que decir tiene la impresión de toda la gente y de todo el pueblo al saber
la noticia.
Jesús nos dice que hemos de estar siempre preparados porque no sabemos ni el día
ni la hora de nuestra muerte. San Pablo también nos dice esto: Porque es
necesario que este cuerpo corruptible sea revestido de incorruptibilidad, y que
este cuerpo mortal sea revestido de inmortalidad (1Co
15,53).
Esta es nuestra fe y nuestra esperanza; la vida eterna que nos ha prometido
Jesucristo
Hemos venido al mundo para gozar
de la vida eterna.