¿TENGO QUE AMAR A DIOS?
Recuerdo que un día un joven me
preguntaba el por qué había de amar a Dios y mi respuesta fue más o menos esta.
Cuando tú naciste Dios te había preparado muchas cosas para que tú pudieras
vivir y hacerte mayor. El amor se
manifiesta en las obras. Un amor sin obras no es amor. Dios había preparado
para ti unos padres que te recibieron con mucho amor, te cuidaron para que
crecieras y te hicieras hombre como es
debido. Dios había preparado el sol y las estrellas para que te iluminaran en
el camino de la vida. Dios había preparado la tierra para que diera frutos y tú
pudieras comer y vivir. Dios había preparado las semillas para que se
multiplicaran y no te faltara el pan de cada día. Dios había creado muchos
hombres y mujeres para que trabajaran para ti, por ejemplo: el panadero que te
hiciera el pan, la fabrica para que te hiciera los vestidos y así podríamos
poner muchos ejemplos y otras muchas cosas que necesitamos para vivir. Dios
desde la eternidad pensó en ti y te demuestra su amor en las obras que ha
creado para que pudieras vivir y ser feliz en esta tierra en cuanto es posible.
Esto sin hablar del Hijo de Dios hecho
hombre por nosotros.
Jesús dijo: No os angustiéis por vuestra existencia, qué comeréis o qué beberéis, ni por vuestro cuerpo cómo os vestiréis, ¿no vale la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad a las aves del cielo, que no siembran ni siegan, ni reúnen en los graneros y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? (Mt 6,25-26). Otras cosas podríamos nombrar para ver claro que tenemos de amar Dios con todo el corazón y sobre todas las cosas.