DOMINGO CUARTO DE PASCUA - Ciclo C
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pasqua4_p.JPG (31323 bytes)Hace cuatro domingos que celebrábamos la gran fiesta de la Pascua, y cada año, en este cuarto domingo, la iglesia pone ante nuestra consideración la imagen de Jesús, el buen pastor.

Los que vivimos en la ciudad, como Barcelona, sabemos qué es un pastor, pero la imagen no tiene ahora la misma fuerza que tenía cuando Jesús la dijo, ya que sus oyentes, la mayoría, eran labradores o pastores.

Por eso, ahora que estáis bien sentados, os pido algo de imaginación para recordar algún pastor con sus ovejas, que quizá hayáis visto en vuestra vida, al pasar, cuando habéis ido en el tren o en las vacaciones, en el pueblo donde nacisteis.

Más de una vez nos hemos preguntado quién es Jesús, hoy nos lo dice él mismo con estas palabras: Yo soy el buen pastor (Jn 10,11), en este texto nos describe quién es Él.

El evangelio de hoy es muy corto, pero sustancioso. Pongamos en una columna los verbos que se refieren al pastor, y en otra los verbos que se refieren a las ovejas. La primera columna es más larga que la segunda.

Así tenemos por una parte los verbos que se refieren al pastor:

hablar

conocer,

dar la vida,

silbar

no dejarse arrebatar

alimentar.

Por otro lado los verbos que se refieren a las ovejas.

Mis ovejas escuchan mi voz (Jn 10,27).

escuchar y

seguir.

Jesús, aunque no le veamos, nos habla.

El buen pastor, Jesús, nos habla de muchas maneras.

Nos habla en el Evangelio, es su mensaje, un mensaje de amor y de entrega; nos habla interiormente por medio del Espíritu Santo, que habita en nosotros; nos habla por medio de los acontecimientos de la vida, etc.

Jesús, el buen pastor, nos conoce

Yo soy el buen pastor conozco mis ovejas (Jn 10,14).

Como el pastor conoce a sus ovejas, Jesús nos conoce. Él no tiene un conocimiento de nosotros superficial, Jesús nos conoce profundamente. Jesús nos comprende, sabe todo de nuestra vida: nuestras alegrías, nuestras penas, nuestras dificultades, nuestros problemas… nos conoce más que una madre o un padre conoce sus hijos. Tengamos presente que Jesús es Dios y como Dios nada se le oculta.

pasqua4b.JPG (27094 bytes)Conocer a Jesús por medio de la Biblia, tratarlo como a un amigo, tener amistad, afecto, tratarlel con amor.

El buen pastor da la vida por sus ovejas (Jn 10,11).

El buen pastor vive con sus ovejas. Por la mañana, silbando las reúne para que se coloquen en la puerta, para llevarlas a apacentar todo el día, y por la noche recoge el rebaño y las encierra en el redil.

Jesús, como el buen Pastor, también nos acompaña en nuestra vida cristiana, si nosotros aceptamos su compañía. Como el pastor cuida de las ovejas, Jesús también cuida de nosotros. Todos sabemos que Jesús ha dado su vida por nosotros en la cruz, como veíamos el Viernes Santo.

Jesús, el buen Pastor, nos da la vida eterna

Jesús ha venido al mundo para que tengamos vida y vida abundante. Pasados unos días veremos a Jesús irse al cielo en la fiesta de la Ascensión. Jesús, el Señor, nos dirá que va al cielo para prepararnos un sitio. Todos nosotros tenemos un lugar en el cielo, nos lo ha ganado Jesús y nosotros hemos de merecerlo según nuestra forma de vida.

El buen Pastor no deja que le arrebaten sus ovejas

Jesús, como los buenos pastores, nos ayuda a vencer las muchas dificultades que tenemos por ser cristianos de verdad. Son muchas las tentaciones que nos acechan del mundo, del demonio, de la carne, pero todas las podamos vencer, como dice san Pablo: Todo lo puedo en aquel que me conforta.

Jesús, el buen Pastor, nos alimenta

Ya sabemos como. En la eucaristía: Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día (Jn 6,54-55).

Dejamos la contemplación del buen Pastor y miramos las ovejas que somos nosotros.

Como dice santo Basilio, Jesús fundó la Iglesia para guiar al pueblo de Dios, por medio de la palabra de Dios, la liturgia, la oración. El "Hoy" de Dios se encuentra en las situaciones concretas de como el Pastor guía a las ovejas.

De dos verbos se sirve Jesús: Escuchar y seguir.

Hagamos un pequeño comentario antes de acabar.

Las ovejas escuchan al pastor

No basta con oír. Hay muchas personas que oyen pero no escuchan.

No basta con estar de acuerdo con el que habla.

No basta decir: éste tiene razón.

La palabra escuchada ha de penetrar en nuestro corazón, como el agua de la lluvia penetra en la tierra, ha de cambiarnos la manera de pensar y de vivir, si nuestra manera de pensar y de vivir no es como la de Jesús.

San Juan nos dice que, mientras Marta hacía los trabajos de la casa, María, sentada a los pies de Jesús le escuchaba. También, en nuestra vida cristiana, hemos de sentarnos a los pies de Jesús y decirle: Hablad, Señor, que te escucho atentamente.

Las ovejas siguen al pastor

Además de escuchar hemos de seguir Jesús. Las ovejas siguen al pastor. Van detrás de él, van a donde quiere el pastor, no van por las "suyas". Así tiene que ser nuestra vida. Jesús va delante nuestro, hemos de ir donde él quiera, no por donde nos apetezca. Jesús nos lo dice con estas palabras: Mis ovejas escuchan mi voz. Yo las conozco, y ellas me siguen (Jn 10,27).

Nada más, queridos feligreses que me escucháis. Pidamos al buen pastor que haya muchos chicos y chicas, que escuchen la voz del buen Pastor, que los llama a una vida de total entrega, puede ser en el seminario, o en un convento, para que, ellos o ellas, en su vida ayuden al buen Pastor, Jesús, a llevar a las personas hacia Dios.

¡OS DESEO QUE PASÉIS UN BUEN DOMINGO Y UNA BUENA SEMANA!

Os recomiendo leer a Charles Péguy sobre el buen pastor.

El pórtico del misterio de la segunda virtud. Clásicos del cristianismo p 81-62.


JESÚS, EL BUEN PASTOR
(Del libro, El pòrtic del misteri de la segona virtut (la esperanza), de Charles Péguy.
Ed. Clàssics del Cristianisme, num 4, 1989, pp. 81-82. )