pasqua5b.JPG (16692 bytes)DIOS ES AMOR
(1 Jn 4,8) (sólo texto para imprimir)

Empezaré explicando qué es una señal.

Una señal es una indicación que nos enseña algo.

Si os fijáis, cuando se conduce un coche, se ven por la carretera muchas señales: señales de stop, de girar a la derecha o la izquierda, etc., otras indican cuando se ha de que parar, o ir con cuidado. Si ves humo, es señal de que puede haber fuego. Donde hay humo hay fuego. el humo no es el fuego, sino una señal. Hay muchas señales o signos. Una bandera es una señal o signo, un emblema es una señal, etc.

Si preguntáramos cuál es la señal del cristiano, la respuesta que podría darse es que, principalmente, son dos las señales del cristiano. La primera es la señal de la cruz, y la segunda, el AMOR, es lo que nos dice Jesucristo en el evangelio de hoy.

La cruz señal del cristiano

Todo cristiano tendría que llevar la cruz sobre su pecho y besarla. La cruz tiene que presidir nuestros hogares. Donde haya un cristiano ha de estar la cruz de Jesucristo. Mirar la cruz, es contemplar el amor de Dios hacia los hombres.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio Hijo (Jn 13,34).

Jesucristo nos dice que la señal más grande de amor es dar la vida. La contemplación de la cruz nos recuerda lo que padeció Jesucristo por nuestra salvación y el amor del Padre hacia nosotros.

El amor señal del cristiano

La otra señal es el amor.

Os doy un mandamiento nuevo: Amaos los unos a los otros. Como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois discípulos míos (Jn 13,34-35).

Amar es pensar en el hermano para hacerle bien. Es darse a sí mismo, sacrificarse, si es necesario, por la persona amada.

Así la persona amada tiene la seguridad de que siempre se está de su parte, que puede dársele una mano en los momentos difíciles, escucharle, comprenderle para que nunca se sienta sola.

El mandamiento del amor en el Antiguo Testamento

Vosotros podríais decirme que este precepto del amor ya existía.

Un día, un doctor de la ley preguntó al Señor cuál era el primer mandamiento, y Jesucristo le contestó: -El más importante es este: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es este Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que éstos (Mc 12,29-31).

La novedad del amor

Pese a esto, Jesús dice que es nuevo, porque Él mismo es el ejemplo que hemos de imitar. Hemos de amar como Cristo ha amado.

pasqua5b2.JPG (51321 bytes)Dice el evangelista Juan de Jesús: Era la víspera de la fiesta de la pascua, Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado a los suyos, que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el fin (Jn 13, 1).

Nuestra norma ha de ser el mismo Jesucristo. Es nuevo, porque de ahora en adelante la señal del cristiano será el amor. Conoceremos si una persona es cristiana, si ama de verdad.

La parábola del buen samaritano es un ejemplo muy gráfico de como hemos de amar. El samaritano posee cuatro actitudes que hemos de imitar en el amor al hermano: 

Dio dinero al hostelero, para que cuidara del que había caído en manos de los bandoleros.

San Pablo nos dice que, aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, y si entregara toda su vida pero no tuviera caridad, seria como un metal que resuena.

El amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia, ni orgullo, ni jactancia. No es grosero, ni egoísta; no se irrita ni lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que encuentra su alegría en la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta (1 Cor 13,4-7).

Los santos y las personas que han amado de verdad dicen lo mismo.

Los primeros cristianos se distinguían por el amor, los paganos los admiraban por esto mismo y decían: Mirad cómo se aman.

Un ejemplo del siglo veinte, lo encontramos en la hermana Teresa de Calcuta, toda ella se dada a los pobres y daba a conocer a Jesucristo, su vida fue un mensaje de amor.

Hay personas que sobresalen por su caridad y estas son los verdaderos cristianos.

No todos estamos llamados a sobresalir como la hermana Teresa, pero sí que todos estamos obligados a amar, como Cristo nos ha amado.

Algunos ejemplos 

Cuando viene a verme alguna persona y me dice que en su escalera hay una familia muy cristiana y muy buena, porque sobresale por la caridad, pienso que todas las familias y personas cristianas tendrían que sobresalir por la caridad.

Nuestra iglesia no tiene el atractivo que tendría que tener, porque no sabemos presentarla como una comunidad de amor a Jesucristo,  enjugar con amor las lágrimas de los ojos de nuestros hermanos que sufren y participar también de sus alegrías.

Para acabar os quiero invitar a hacer un pequeño examen, y que os preguntéis si los demás ven en nosotros las dos señales del cristiano, que he querido presentaros en este comentario del evangelio.

¡Que paséis un buen domingo y una buena semana!