NOS
CASAMOS POR LA IGLESIA
Recuerdo que hace unos días vinieron a
verme unos novios, muy contentos y me dijeron que se querían casar y yo, que
había hecho el matrimonio de los padres de la nòvia,
presidiera suyo matrimonio.
Me hice contento de su invitación y los dije que lo haría con mucho gusto.
Los pregunté si habían hecho el cursillo matrimonial y me contestaron que sí
y me explicaron los principales puntos que habían tocado.
La gracia del sacramento
del matrimonio ayuda a vivir cristianamente
y también en las alegrías y dificultades de la vida matrimonial.
Que se comprometían a amarse y a respetarse mutuamente por toda la vida.
Que el diálogo era muy importante en la vida matrimonial.
Que amaran mucho a Jesús y a su
madre Maria. Etc.etc.
Al acabar la conversación
concretamos el día y el lugar y el matrimonio se celebró con misa y con mucha
solemnidad y naturalmente acabó con una buena comida.
Dios dijo: Por cuya causa dejará el hombre
a su padre y a su madre. Y estará unido a su mujer y los dos vendrán a
ser una sola carne (Gn
2,,24).